De lo Bueno, poco

Y poco le duró el gusto a Sergio como director técnico de la Máquina. Cuestionada su llegada y justificada su salida, así de simple, ya que el equipo no alcanzó nunca un nivel colectivo aceptable, y los resultados, que son los que bajo casi cualquier concepto mandan, ...

Y poco le duró el gusto a Sergio como director técnico de la Máquina.

Cuestionada su llegada y justificada su salida, así de simple, ya que el equipo no alcanzó nunca un nivel colectivo aceptable, y los resultados, que son los que bajo casi cualquier concepto mandan, son contundentes.

 Uno más de la larguísima lista que guardan en La Noria, el lugar perfecto para casi cualquier calamidad. Pero, francamente, no es Bueno el malo de la película. Esta historia tiene varios antagonistas y uno de ellos se llama Agustín Manzo, una persona educada de muy buenas formas, pero de fondos que no tienen sustento alguno.

 Sus refuerzos no han sido tales, sus bombas le explotan en las manos (Santa Cruz, por decir lo menos). No hay rutas de escape ni planes de emergencia que ayuden un poco al lastimoso estado del equipo. Es decir, no hay plan, no hay proyecto, sólo cambios: de jugadores, sí, pero nada de fondo que nos haga creer que los siguientes años serán diferentes a la muy desnutrida historia reciente del equipo.

Cambios de fondo, estructurales. Cambio de ruta, pero esto sólo será posible si hay uno en los mandos superiores. Y dejemos de lado si le interesa o no el equipo. Que sería una locura pensar en forma negativa, pero no hace falta meternos en esa clase de consideraciones para establecer que sea cual sea el método, no está dando resultados, y esto ya tiene tiempo. Si delega o no delega da igual, porque no hay respaldo deportivo.

 A Cruz Azul le hace falta algo más que otro técnico o jugadores estrellas, se llamen como se llamen. Han llegado de todos los cortes y estilos que hay en el mercado, y ninguno ha podido darle a la institución, y su gente es lo que lleva esperando tantos años.

 Por lo pronto, se acerca el 10 de octubre y cada quien desde su trinchera va lanzando lo que requiere para ponerle un sabor aún más especial al duelo entre México y Estados Unidos por un boleto a la Copa Confederaciones. “El futbol es nuestro”, dice la publicación de la cuenta oficial de la Selección Mexicana, y sí, la riqueza histórica es propiedad de los nuestros, pero el presente no lo es tanto.

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