Vale más de lo que le pagarían
Nunca es buen momento para hablar de más, menos cuando hay un Clásico en puerta y tu equipo no es el favorito, de hecho, llega en calidad de víctima, y aunque sabemos que en un partido de estas características puede suceder cualquier cosa, América llega con más ...
Nunca es buen momento para hablar de más, menos cuando hay un Clásico en puerta y tu equipo no es el favorito, de hecho, llega en calidad de víctima, y aunque sabemos que en un partido de estas características puede suceder cualquier cosa, América llega con más empaque que su rival tapatío.
Néstor de la Torre es tan sólo uno más de la larga lista que posee Jorge Vergara en cuanto a relaciones rotas, imposibles de sanar, y más en este caso, tratándose de una segunda vuelta.
Uno le dice mentiroso y el otro le contesta maleducado, la misma historia, sólo que con distinto antagonista, y como el exdirectivo dijo sentir más amor por el equipo que el mismo dueño, entonces llega la respuesta menos esperada: “Si soy el problema de Chivas y me lo quieren comprar, me voy. Me pagan lo que vale y se acabó, no tengo bronca”.
Olvidemos si es o no una respuesta inteligente, ocurrente o ridícula. Más allá de esto, es una reacción que lastima al aficionado rojiblanco que como señal recibe que Vergara tiene muy poco interés emocional por el equipo, que todo es cuestión de lana,
sólo eso. Y sé que se trata de un negocio, pero al equipo hay que valorarlo, se trata de una tradición, quizá la más importante de la historia futbolera del país, la que está en sus manos para que sólo se traduzca en dinero.
No veo a Emilio Azcárraga diciendo que si le pagan al equipo lo vende; no veo nunca ese desprendimiento sentimental nunca. Tampoco lo veo en Pachuca con Jesús Martínez, por ejemplo.
Se trata de sentirse identificado y representado sin importar el nivel social y económico; de asumir los retos cuando la cosa se pone difícil y mantenerse firme por una simple razón: el amor al juego y a la misma camiseta, la pasión y sentir la responsabilidad por ser el eje conductor de millones que siguen al equipo semana a semana. Se trata de eso y mucho más, quizá más de lo que llegue a comprender el dueño de las Chivas.
El futbol es más que dinero, va más allá de un estado financiero, por si no lo había notado.
