¿De qué sirve ser presidente en Chivas?

Las Chivas pasan por una nueva reestructura, una más. Nada nuevo en el equipo.

Limpias, cambios, pequeñas modificaciones, cambios bruscos de timón, ideas frescas y otras muy desafortunadas, que, a decir verdad, han sido mayoría: tan es así que el estado actual lo comprueba.

Se fueron los De la Torre, presidente y entrenador; ya tienen al segundo, ahora falta quien tome el puesto de Néstor, y es ahí donde vienen un montón de preguntas. ¿Qué hace un presidente o director deportivo en Chivas? ¿Qué dejan hacer al presidente del equipo? ¿Qué decisiones toma? Esas mismas, ¿qué tanto son apoyadas por la cúpula?

Es decir, qué tan atractivo se vuelve ocupar dicha silla siendo que, prácticamente, todos tienen fecha de caducidad exageradamente temprana, por unas o por otras, pero todos se terminan yendo más temprano que tarde.

Néstor de la Torre ha sido el único capaz de poner condiciones para aceptar el puesto, todos los demás, entran, medio que se enteran de cómo están las cosas, y cuando se están acomodando les piden que recojan sus chivas y se vayan, nunca mejor dicho.

¿Qué atractivo se encuentra en un puesto que se otorga para tomar decisiones si éstas no tienen el peso que demandaría dicho cargo? ¿Qué atractivo tiene aceptar la posición con un entrenador ya elegido, un plantel fijo y con la enorme dificultad que representa encarar la batalla por la permanencia?

Sí, es Chivas y lo que le rodea, pero en términos reales, quien acepte sabe que va destinado a ser uno más y, muy probablemente, su visión sea depositada en el buzón de las sugerencias.

Definitivamente ser directivo de Chivas en estos tiempos no resulta atractivo.