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Tras meses de incertidumbre, de interminables reuniones que no daban frutos, y de propuestas rechazadas, la Unión de Jugadores y los dueños de Grandes Ligas llegaron a un acuerdo el pasado jueves. Así se terminó el segundo paro de mayor duración en la historia de la ...

Tras meses de incertidumbre, de interminables reuniones que no daban frutos, y de propuestas rechazadas, la Unión de Jugadores y los dueños de Grandes Ligas llegaron a un acuerdo el pasado jueves. Así se terminó el segundo paro de mayor duración en la historia de la importante liga: en total, 99 días de cierre patronal, que amenazaba con al menos afectar el calendario de la temporada 2022 y, en peor medida, con asestar un tremendo golpe al futuro de uno de los organismos deportivos más poderosos del mundo.

Con este nuevo contrato colectivo que traerá paz laboral, por lo menos hasta 2026, los propietarios esperan fortalecer su negocio, uno que, por cierto, a pesar de que ellos gritaban a los cuatro vientos que no era uno provechoso para sus intereses económicos, ha tenido un crecimiento sostenido en ganancias durante más de dos décadas; la realidad, es que el valor de sus franquicias se ha incrementado sustancialmente en los años recientes. Además, ahora con la expansión de la postemporada, tendrán un ingreso extra de $100 millones de dólares, que ESPN pagará, por los derechos de transmisión y, a partir de este año, marcas patrocinadoras se anunciarán en los uniformes y cascos de los 30 equipos, otra fuente jugosa de ingresos.

Razón por la que los beisbolistas no estaban dispuestos a ceder ni un centímetro en su afán por conseguir un trato que les garantice mayor seguridad económica, no sólo a las grandes estrellas, también a los jóvenes peloteros, que parten en desventaja al momento de firmar su primer contrato profesional; ya que a diferencia de otras ligas en Estados Unidos, como la NBA y la NFL, en la que los novatos, desde muy temprano de sus carreras pueden asegurar su futuro con un convenio multimillonario, en MLB no sucede; además de que con las reglas como estaban estipuladas, los propietarios tenían demasiado control sobre los jugadores, y sobre la manera en que pueden solicitar arbitraje.

El nuevo acuerdo abrió además las operaciones de la liga, que estaban paradas, desde que el comisionado Rob Manfred anunció el cierre patronal, en diciembre pasado. Una vez que se anunció la buena noticia, los jugadores sabían que tenían que reportar con sus respectivos equipos, para que el jueves den inicio los juegos de exhibición, y así llegar preparados al arranque de la campaña el 7 de abril. Eso también significó que los equipos pueden negociar con sus propios jugadores, así como con los agentes libres disponibles. Esto traerá unas semanas muy intensas en las que cada franquicia debe trabajar a mucha velocidad en armar un róster suficientemente competitivo, acorde con sus posibilidades; como ha quedado de manifiesto desde el pasado viernes, momento en que las negociaciones iniciaron.

Los aficionados podrán dejar atrás los difíciles meses anteriores, y se enfocarán en apoyar a sus jugadores favoritos. Se cantará el playball en el diamante, y las disputas en las mesas de negociación darán paso a la disputa por la Serie Mundial.

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