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Arrancó la Copa del Mundo; el gran evento futbolístico que paraliza el planeta está de regreso. En esta ocasión con una espera más larga, debido a la decisión de iniciar el magno evento en noviembre. Ha llegado el momento de dejar de lado todo lo extracancha, ...
Arrancó la Copa del Mundo; el gran evento futbolístico que paraliza el planeta está de regreso. En esta ocasión con una espera más larga, debido a la decisión de iniciar el magno evento en noviembre.
Ha llegado el momento de dejar de lado todo lo extracancha, sin decir con esto que aquellos que han criticado a los anfitriones no tengan razón en muchas de sus quejas en contra de organizar un torneo tan importante en una nación que tiene lineamientos que discrepan de muchas de las ideas que hay en la actualidad y que, además, de forma muy importante, ha sido acusado de violar derechos humanos básicos.
Pero ahora, desde mi trinchera, lo que me queda es involucrarme en lo deportivo, en analizar qué ocurre y qué pasará durante las cuatro siguientes semanas en el pequeño país del Golfo Pérsico. Claro que es difícil abstraerse del mundo en el que vivimos, aun cuando el Mundial se supone que debe ser una fiesta del deporte y debe unirnos como seres humanos, inclusive el capitán de Francia, Hugo Lloris, ha declarado que ha sido complicado para los jugadores dar su opinión de cómo se hacen las cosas en Qatar, que ellos lo que quieren es enfocarse en jugar al futbol.
Hablando de aquellos equipos que, a diferencia del nuestro, no llegan pensando en quintos partidos y que tienen una responsabilidad con su historia y el talento a su disposición, están los dos gigantes sudamericanos, Brasil y Argentina, que desde hace tiempo me parecen los favoritos por cómo llegan a la competencia. Hay un consenso de que éste puede ser el Mundial en el que terminará alguno de ellos con la hegemonía europea, que inició con la coronación de Italia en la edición de 2006. Por un lado, la Verdeamarela, encabezada por Neymar, cuenta con el plantel de mayor profundidad, mientras que ninguna otra selección se ve tan bien conjuntada como la Argentina capitaneada por el genio Lionel Messi.
Pero las potencias del Viejo Continente no cederán tan fácil su protagonismo y, aunque ninguna de las selecciones de Europa llega a Oriente Medio jugando su mejor futbol, varias tienen suficientes jugadores talentosos y experimentados para llegar lejos en la Copa del Mundo.
El campeón, Francia, con todo y sus múltiples bajas por lesión, tiene lo necesario para refrendar la corona; España, con sus “niños”, demostró en la Euro que pueden con la encomienda; Bélgica ya fue tercera en Rusia 2018 y el equipo tiene la madurez para dar el siguiente paso; Alemania no se ve tan fuerte como en otras ocasiones, pero quiere borrar la pésima imagen de la edición anterior y tiene muchos jugadores de enorme capacidad, y Portugal, que trae un equipazo, aun cuando Cristiano anda en horas bajas y su técnico no es muy atrevido.
Candidatos sobran, ha llegado el momento de dejar atrás las palabras y demostrarlo en la cancha. Sin importar las circunstancias, el Mundial está de vuelta y con los ingredientes para ser uno inolvidable.
