Yankees barbudos

El jardinero central Johnny Damon corría desesperado hacia adelante para atrapar la esférica y no se percató de la cercanía con el segunda base, Damian Jackson, quien también buscaba el elevado. La escena tuvo un final escalofriante al chocar las cabezas de ambos jugadores de Medias Rojas. Damon quedó noqueado en el césped. 

Damon fue sacado en una ambulancia y, aunque Boston ganó 4-3 a Atléticos para avanzar a la Serie de Campeonato de 2003, la atención estaba con la salud del jardinero.

Debido a ese golpe, que le provocó una  fuerte conmoción cerebral, Damon era presa de insoportables dolores de cabeza, al grado de que era un tormento rasurarse o cortarse el cabello.

Para la temporada de 2004, Johnny Damon se presentó con una imagen similar a la de El Capitán Cavernícola. Ese look desalineado, con cabello y barba larga, inspiró a algunos de sus compañeros  que adoptaron uno similar. Medias Rojas fue el equipo del destino, se levantó de un 0-3 en la Serie de Campeonato para superar a Yankees y en la Serie Mundial se impuso a Cardenales para levantar el título y acabar con la “Maldición del Bambino”.

Damon era un consentido de los aficionados de Boston por su excelencia a la defensiva y por responder con el bat en los momentos importantes.

Nadie imaginó que un año después, sería agente libre y mucho menos que firmaría un contrato millonario con el acérrimo rival, Yankees.

Los 52 millones de dólares por cuatro temporadas convencieron al codiciado jardinero, a quien no le importó tener que sacrificar su larga melena y la barba poblada, que lo habían hecho famoso.

Un irreconocible Johhny Damon, rasurado y de cabello corto, posaba con la famosa franela a rayas durante la presentación en el viejo Yankee Stadium, dos días antes de la Navidad de 2005.

Desde ese momento respetó la rigurosa política del equipo neoyorquino, que ganó la Serie Mundial en 2009, con Damon como jardinero izquierdo en su último año de contrato.

Yankees siempre fue estricto con sus reglas sobre la barba y cabello largo desde que la implementó el dueño George Steinbrenner en 1976, tres años después de comprar al equipo y luego de observar a varios peloteros con barba y cabello largo. Su formación militar lo llevó a ser estricto.

La regla, que en su momento provocó enviar a la banca a su gran estrella Don Mattingly y multarlo con 250 dólares por violarla, llegó a su fin ayer por decisión de su hijo, Hal Steinbrenner.

 Aunque mantendrá la prohibición del cabello largo, observar a un jugador de Yankees con barba será un duro golpe a una de las históricas tradiciones del equipo, que lo hacía diferente a los demás. 

Sólo si eso ayuda para terminar con una sequía de 16 años sin un título, entonces las barbas habrán conquistado Nueva York.