Magia en el brazo

Mike Cuéllar se negó a lanzar un juego con los Orioles de visita en Milwaukee, debido a que no llevaba la gorra que había usado durante toda la temporada. La directiva le hizo llegar, por paquetería desde Baltimore, la cachucha, pero el cubano comprobó que le habían ...

Mike Cuéllar se negó a lanzar un juego con los Orioles de visita en Milwaukee, debido a que no llevaba la gorra que había usado durante toda la temporada. La directiva le hizo llegar, por paquetería desde Baltimore, la cachucha, pero el cubano comprobó que le habían enviado la de prácticas y no la de juego, por lo que no subió a la loma.

Cuéllar siempre portaba un traje azul en los viajes de su equipo y cenaba comida china una noche antes de cada apertura.

En el bullpen, calentaba siempre con el mismo coach y, a la hora de entrar al campo, evitaba pisar la línea blanca en el diamante.

Los juegos en los que lanzaba fumaba un cigarro mientras su equipo bateaba y lo apagaba al momento que le hacían out a uno de sus compañeros. La pelota nunca la tomaba directo de un rival, mientras que su guante nadie lo podía tocar. Es, probablemente, el pitcher con más cábalas en las Grandes Ligas y sus compañeros lo llamaban Crazy Horse.

Un juego de la liga invernal puertorriqueña fue el que marcó el destino del cubano, al impresionar con sus venenosos lanzamientos al manager rival, Earl Weaver. El zurdo dejó como estatuas a los poderosos bateadores entre los que destacaban los ligamayoristas Orlando Cepeda y Tony Pérez.

Weaver, ya como manager de los Orioles en las Grandes Ligas, pidió a la directiva negociar la llegada de Cuéllar, quien, para entonces, lanzaba con los Astros de Houston.

El zurdo sólo había tenido una temporada destacada con Houston, novena que ya poco esperaba del lanzador de 32 años, por lo que no hubo dudas de cambiarlo a Baltimore en 1969.

Cuéllar, quien ya había tenido un paso por el beisbol mexicano al ayudar a los Sultanes de Monterrey en el título de 1962, se transformó en un estelar con los Orioles y en su primera temporada logró 24 triunfos para ser líder de la Liga Americana. Se convirtió en el primer lanzador no nacido en Estados Unidos en ganar el Cy Young. Hasta el momento es el único cubano que ha obtenido el codiciado trofeo.

Mike Cuéllar ganó 125 juegos en las Grandes Ligas entre las temporadas de 1969 y 1974, más que ningún otro zurdo en ese lapso. Tuvo cuatro campañas de 20 triunfos o más y colaboró en el título de los Orioles en 1970.

Cuéllar era devoto de la Virgen de la Caridad del Cobre y llevaba una imagen en el interior de su gorra. Tal vez fueron todos los rituales que realizaba o el screwball, lanzamiento que aprendió en su paso por el beisbol puertorriqueño, lo cierto es que el cubano se transformó en un lanzador exitoso y muy recordado.

Miguel Ángel Cuéllar murió de cáncer de estómago a los 72 años en 2010, pero su leyenda se mantiene viva entre los aficionados.

Temas: