Lefty Gómez
En 1930, el novato Lefty Gómez impresionaba con su poderosa recta y sus 1.88 metros de estatura, pero el dueño de los Yankees, Jacob Ruppert, se preocupaba por lo delgado que lo hacían ver sus 67 kilogramos. Luego de varios tratamientos médicos, con el objetivo de ...
En 1930, el novato Lefty Gómez impresionaba con su poderosa recta y sus 1.88 metros de estatura, pero el dueño de los Yankees, Jacob Ruppert, se preocupaba por lo delgado que lo hacían ver sus 67 kilogramos. Luego de varios tratamientos médicos, con el objetivo de mejorar su físico, el último recurso fue extraerle los dientes superiores, ya que se pensaba que su sangre estaba infectada debido a un deficiente trabajo dental al que había sido sometido.
Con una dentadura postiza de cerámica, que a Yankees le costó 1,500 dólares, el entonces pitcher de 21 años buscaba afianzarse en las Grandes Ligas. Su primer año fue de altibajos al no estar recuperado totalmente de la cirugía y fue enviado a las ligas menores para retomar su nivel.
En su segunda temporada, Lefty Gómez se estableció como uno de los mejores lanzadores de la Gran Carpa. Logró 21 victorias, la primera de las cuatro campañas en las que superó las dos decenas de triunfos. La mejor fue la de 1934, en la que sumó 26 y, además, completó 25 juegos.
Fue el primer pitcher de los Yankees y único hasta el momento en ganar la triple corona, de hecho lo realizó en dos ocasiones (1934 y 1937).
Es el único lanzador en la historia con seis victorias sin derrota en Serie Mundial, además de ser parte de cinco equipos campeones.
Fue el primero en abrir y ganar un Juego de Estrellas, también es el único lanzador con seis entradas en un encuentro estelar.
Amigo íntimo de Babe Ruth, compañero inseparable de Lou Gehrig, a quien le tocó consolar en los días complicados de su despedida. También fue mentor de Joe DiMaggio, con quien compartió habitación. El pitcher jugó con las tres máximas leyendas de los Yankees.
Vernon Louis Gómez nació en California el 26 de noviembre de 1908. Fue firmado inicialmente como profesional por San Francisco, que le vendió el contrato a los Yankees por 35 mil dólares.
Lefty Gómez también era reconocido por su extraordinario sentido del humor y por su ingenio. Era capaz de ponerle pausa a un juego de Serie Mundial sólo para observar el vuelo de un avión. Decía que no temía lanzar pegado a los bateadores, así fuera a su mamá “ya que era buena bateadora”.
El zurdo estelar probablemente no ha sido lo suficientemente valorado. Su ingreso al Salón de la Fama no fue por la vía directa, se dio hasta que el Comité de Veteranos decidió honrar su carrera y otorgarle la inmortalidad en 1972, casi 30 años después de su retiro.
Yankees, un equipo que se caracteriza por retirar el número de sus grandes leyendas, mantiene en activo el 11 que portó Lefty Gómez, quien ha sido uno de los mejores lanzadores en la historia del equipo.
