El cadete Skenes

Paul Skenes decidió que por cada ponche recetado en su temporada de estreno en las Grandes Ligas donaría 100 dólares para una fundación encargada de ayudar a familias de militares. El lanzador estelar de los Piratas sumó 170 chocolates, por lo que se juntó una buena ...

Paul Skenes decidió que por cada ponche recetado en su temporada de estreno en las Grandes Ligas donaría 100 dólares para una fundación encargada de ayudar a familias de militares. El lanzador estelar de los Piratas sumó 170 chocolates, por lo que se juntó una buena cantidad, la cual compartió en agradecimiento a su formación en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. 

El reciente Novato del Año de la Liga Nacional no tenía como máximo sueño jugar beisbol profesional, sino ser piloto militar. Pero las cualidades desarrolladas en el diamante conquistaron a los buscadores de talento y lo convirtieron en una joya preciada, por eso los Piratas no dudaron en firmarlo como primera selección del Draft 2023 con un bono récord de 9.2 millones de dólares.

Skenes era un brillante beisbolista desde que se unió como colegial al equipo de las Fuerzas Armadas. Era un catcher con sabiduría para llevar a los lanzadores y con la habilidad para colocar los pitcheos en zona de strike. Además, era un poderoso bateador que terminó como líder de jonrones.

Skenes tenía un gran futuro como catcher, pero también comenzó con la idea de lanzar. En esos primeros años como colegial jugaba como receptor durante la mayor parte del juego y luego se iba al bullpen para preparase como relevista cerrador, función que realizaba con un éxito sorprendente.

El lanzador, de 22 años y 1.98 de altura, tuvo marca de 11-3 y una efectividad de 1.93 en su primer año en Grandes Ligas. Abrió el Juego de Estrellas y se convirtió en el segundo pelotero de los Piratas en ganar el Novato del Año.

Skenes proviene de una familia de militares, por lo que estaba preparado para enfrentar el entrenamiento básico para cadetes antes de su ingreso en la Fuerza Aérea. Esas semanas de entrega y trabajo al máximo, acepta, lo formaron como persona y lo hicieron disciplinado. Luego estuvo dos años en la escuela militar y cumplió el sueño de ser piloto, y entonces llegó la que considera como la decisión más difícil de su vida. Seguir con su carrera en la milicia o elegir las opciones de las universidades que se le habían acercado por sus cualidades en el beisbol. Finalmente eligió a la Universidad de Luisiana, equipo en el que en su primer año arrasó con los premios y logró el campeonato.

Ya en Grandes Ligas, Paul Skenes fue capaz de ponchar a Shohei Ohtani con sólo tres lanzamientos, que superaron las 100 millas.

Para sus instructores militares fue un orgullo verlo en el Juego de Estrellas. Sobresalía del resto a la hora escuchar el himno de Estados Unidos con su mano derecha en el corazón y la izquierda firme a un costado, mientras sus pies perfectamente separados en forma de “V”. Skenes aprovechó su formación militar para enfrentar a sus rivales desde la loma y no descarta regresar a las Fuerzas Armadas al terminar su carrera en el beisbol.

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