De héroe a villano

La carrera del pitcher Denny McLain en Grandes Ligas se desplomó con la misma rapidez con la que realizaba sus lanzamientos a home. Es el último lanzador con 30 victorias en una temporadaconsiguió 31 en 1968, pero también es el único ganador del Cy Young, que ha estado ...

La carrera del pitcher Denny McLain en Grandes Ligas se desplomó con la misma rapidez con la que realizaba sus lanzamientos a home. Es el último lanzador con 30 victorias en una temporada

(consiguió 31 en 1968), pero también es el único ganador del Cy Young, que ha estado en prisión en dos ocasiones. 

McLain, quien brilló con Tigres de Detroit, también destacó como organista, realizó varias giras y grabó dos discos. Una de sus excentricidades era beber 24 botellas de Pepsi-Cola diarias. Eso lo llevó a firmar un patrocinio con la refresquera.

Denny McLain tenía sus propias reglas. No le importó reportar tarde a un Juego de Estrellas en el que estaba programado para abrir y al que llegó luego de pilotear su propio avión.

Tampoco le incomodaron las críticas por anunciarle un pitcheo a su ídolo Mickey Mantle para que pudiera conectar su jonrón 535 con el que superó a Jimmie Foxx en la lista histórica.  

McLain luego de colaborar en el título de Tigres en aquel memorable 1968, ganó, a la temporada siguiente, el segundo Cy Young con 24 triunfos. Sumó 92 victorias en cuatro temporadas y no había un lanzador más dominante. Soportó hasta 200 inyecciones de cortisona en su hombro lesionado para mantenerse en los primeros planos. Era el beisbolista más rico y famoso.

La historia de película duró hasta 1970. Un reportaje de la revista Sports Illustrated relacionó a McLain como socio de una casa de apuestas.

El comisionado de Grandes Ligas, Bowie Kuhn abrió una investigación y separó a McLain por tiempo indefinido.

La resolución resultó polémica. Kuhn, justificó que el pitcher en realidad había sido víctima de una estafa por los apostadores y regresó a jugar. En la recta final de aquella temporada de 1970 fue suspendido también por portar una pistola en uno de los viajes del equipo. Ya no fue el mismo pitcher.

Ya retirado, llegó la debacle. Pisó la prisión en dos ocasiones. La primera, en la década de los 80, por cargos de crimen organizado, apuestas y tráfico de drogas. Pasó encerrado casi tres años, de los 23 a los que había sido condenado.

Luego, en 1996, como dueño de una empresa empacadora de carne, fue acusado de robar, junto a su socio, más de tres millones de dólares del fondo de retiro de los trabajadores. Fue declarado culpable por malversación de fondos, fraude y conspiración. Estuvo otros siete años en prisión.

Denny McLain, ahora de 81 años, defiende que solamente él sabe lo que en realidad pasó con su vida. Ya sólo bebe cuatro botellas de Pepsi-Cola al día. Acude a convenciones de autógrafos y en cada tarjeta de colección en la que estampa su firma, se van también las frías estadísticas y la imagen de quien alguna vez se consideró como el mejor lanzador de Grandes Ligas.

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