Pacemaker

El deseo e interés de anticiparse a los acontecimientos aguza el razonamiento y los sentidos. Con un poco de experiencia y concentración, con algo de habilidad visual, el espectador puede detectar al líder de los 400 metros lisos aun antes de que los atletas cumplan los primeros cien metros, antes de que salgan de la primera curva de la elipse del estadio; en realidad, dos semicírculos unen las dos rectas de la pista de atletismo.

El ojo adiestrado puede distinguir al líder aun cuando ocupe la penúltima o última posición en la perspectiva en relación con los segmentos curvos de compensación. Hay quienes creen que esto es imposible, pero si trasladamos esta prueba y la convertimos en los 400 m con vallas es harto evidente que del grupo de ocho atletas el primero que salta el obstáculo es el líder, aun cuando vaya en el último lugar, en el carril uno, por ejemplo. La distancia de compensación en los 400 m lisos puede ser aproximadamente de 7 m, de tal manera que entre la calle y la ocho puede haber una distancia de 49 metros. Así, el atleta del carril 1 tiene la ventaja de observar a sus adversarios en tanto que el del 8 carece de un punto de referencia. Las competencias de 200 y 400 m lisos hay que apreciarlas con visión periférica global. Acaso en más de un 90% el líder no es el que va al frente. Los sentidos y la geometría de las curvas, el efecto óptico, engañan al ignorante.

En la Copa Mundial de Düsseldorf, en agosto de 1977, el cubano Alberto Juantorena, quien había destrozado el RM de 800 m (1:43.44) en Sofía, corrió los 400 m en el carril exterior y, al no tener punto de referencia, se confundió y se detuvo. Señalemos que cuando el sudafricano Wayde van Niekerk brilló con luz cósmica aquel domingo 14 de agosto de 2016, ¡corrió los 400 m lisos en el carril 8!, algo extremadamente difícil; ganó el oro y rompió el RM en 43.03 en la más grande hazaña en los JO de Río de Janeiro. Singular excepción. Río está más alejado del centro gravitacional del planeta que Tokio, Berlín, Oslo y el calor diluye ligeramente la resistencia del aire.

¿Cuál es la función del pacemaker, rabbit o liebre en el atletismo? El testimonio histórico de la hazaña del doctor Roger Bannister, el primer atleta que corrió la milla en menos de cuatro minutos, 6 de mayo de 1954, en la pista de Oxford, en Londres, revela el empleo de dos marcadores de pasos: Chris Chataway y Chris Brasher. Desde ese momento se legalizó el empleo de los pacemaker, con el fin de romper un RM, no así para los JO.

Esencialmente, el marcapasos indica el ritmo de carrera, de rapidez, al que aspira convertirse en héroe. Ritmo, cadencia de zancada, braceo, de respiración, el sonido que produce es guía. Es la referencia, el objetivo. Le auxilia, además, a romper la resistencia del aire.

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