Osmar, gallo a JO

Saboreemos la victoria del jalisciense Osmar Olvera Ibarra como el catador de vinos o con los sensores de la lengua y paladar de James Bond, que era capaz de identificar la cosecha y año de un Chateau Angelus 1982, el predilecto del 007, de un 1983. De 19 años, en trayectoria internacional ascendente, consiguió el oro en los saltos de trampolín de 1 m en el Campeonato Mundial de clavados de Doha, Qatar, donde, bajo las candentes arenas del desierto, ondulan océanos negros de petrodólares. El triunfo de Osmar es halagüeño cuando el horizonte se ilumina con los JO de París. Su actuación, notable, en cuatro de las seis piruetas y sin perder el liderazgo del que se apoderó desde el primer salto, dos vueltas y media al frente con un giro helicoidal (5,152 en B con grado de dificultad de 3.2 puntos), ocupó la sexta posición en las 2 ½ inversa en C y el quinto en las 2 ½ atrás en C. El primer punto es que deberá afinarlos. Los clavados no son propiamente una competencia cuerpo a cuerpo como se presencia en natación, atletismo, ciclismo, sino una actividad de lo más hermosa, un concurso con efecto estético. El arte efímero de los clavados ha evolucionado conforme a la modernidad. Y un clavado en el paralelismo artístico deportivo aproximado a una obra de arte, no es tan sólo un clavado, sino la interpretación de uno y miles, millones de observadores que presencian el certamen desde las tribunas y en la pantalla de cristal. Los penetra como el futbol y otros deportes, la subjetividad. Su calidad no se puede cuantificar, aunque se relacionen con números las calificaciones. Este Campeonato Mundial de Natación que organiza la World Aquatic en Doha debió celebrarse en año par, en 2022. El Covid lo empujó como a los JO de Tokio 2020-2021. Acaso esto marcó dos ausencias notables: la del chino Zongyuan, Wang y la del inglés Jack Laugher, oro y plata en el Mundial de Budapest 2022. De 22 años de edad, Zongyuan ganó plata en trampolín 3 m y ha ganado 7 oros, cuatro individuales, en los mundiales de Gwangju (1) 2019; Budapest (3) y Doha (1 en 3m) 2024. Un aspecto relevante es que la tabla de clavados de Osmar en la prueba de trampolín de 1 metro es superior a la de Zongyuan; en el grado de dificultad (GD): 19.5 del jalisciense contra 19.1 del chino. El GD es el valor numérico que refleja en lo posible la calidad del clavado en función a los componentes del salto: vueltas (las que dan en el eje de la línea imaginaria que unen sus hombros), giros helicoidales (en la línea que va de la cabeza a los pies) y la posición A (desaparecida prácticamente del mapa) en extensión, B en escuadra y C con el cuerpo haciéndose ovillo. Todos en el trazo de una línea parabólica. Ambos acróbatas coinciden en cuatro clavados y la diferencia la marca el 5,335 D, 3 ½ vueltas inversas con 2 ½ giros con GD de 3.0 de Zongyuan y el 5,152 B con GD 3.2. El resto: 405 B, 305 C, (Wang en B); 205 C y 107B. Esto significa que Osmar, alumno de la entrenadora china mexicana Ma Jin, es un gallo de pelea, con aspiraciones al metal en los JO de París 2024.

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