Arturo Xicoténcatl

Arturo Xicoténcatl
El espejo de tinta

Osmar: acrobacias

09 de Febrero de 2024

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Uno de los acontecimientos más fascinantes en el campo de la ciencia fue que Isaac Newton no sólo descubrió las fuerzas invisibles que actúan en el planeta y en el universo, como el magnetismo, la electricidad, el rozamiento, la fuerza gravitatoria, sino que creó ecuaciones matemáticas para poderlas medir. Su inteligencia y conocimientos le revelaron, lo en apariencia paradójico, las fuerzas ocultas que actúan en la caída de la manzana, como lo refiere Stukeley en la anécdota, son las mismas que impiden que la Luna caiga en la Tierra. En un mundo sensorial, sonidos e imágenes nos producen emociones. Pero, ¿cómo al presenciar un espectáculo deportivo, como los clavados, la natación artística, la gimnasia, podemos determinar la calidad? En atletismo, natación, ciclismo, halterofilia, tenemos una idea más precisa del esfuerzo porque podemos medirlo con el segundo, el centímetro o el gramo. En los clavados es más complejo. Se disfruta por un instante la belleza de la pirueta, que se intensifica cuando alrededor del estanque hay 10,000 espectadores gritando, exultando o abucheando, contrariados, por una calificación que no entró en el rango de su criterio o aprobación. Transformar una impresión sensorial a números es imposible. Pero es la única forma de percibirlos. El grado de dificultad (GdeD) permite valorar el salto en forma subjetiva, deficiente (qué absurdo sería calificar con 9.7 Badinerie de Bach o el Vals No 2 de Shostakóvich con 9.4; o con 10 la destreza, técnica pianística cromática de Yuja Wang —¿y la tristeza de la virgen María en La Piedad?—), y con esta aproximación es como podemos emitir juicios y expresar las perspectivas de Osmar Olvera en función a la calidad que exhibe en el Campeonato Mundial de Natación de Doha. Añadió el bronce en el trampolín de 3m, con una tabla de piruetas superior en 2/10 en el GdeD al del vencedor y plata olímpica Zongyuan Wang, quien ganó en Tokio el oro en sincronizado en 3m. La diferencia estriba en la técnica y en la proyección del efecto estético. Los clavadistas en trampolín en vuelo de 01”6/10 de promedio, son acróbatas con reflejos gatunos y fino sentido posicional del tiempo y del espacio para abrir y frenar la rapidez, localizar la tersa superficie del agua, tan transparente que, si no se colocasen los chorritos de agua, no tendrían forma de distinguir el punto de contacto, su mirada fugaz tocaría el fondo de la fosa. En diferente orden lanzaron cinco piruetas idénticas, vueltas y giros helicoidales e incluso posición y la diferencia en la 6a zambullida estribó en que Zongyuan, uno de los emblemas de la más grande potencia del mundo en esta disciplina —en la mira de China está fijo el objetivo de conquistar 8 oros en los JO de París; lograron 7 en Tokio, 7 en Río de Janeiro, 6 en Londres, 7 en Beijing, 6 en Atenas, 5 en Sidney— lanzó la vuelta y media inversa con 3 ½ giros helicoidales y Osmar las 3 ½ al frente con un giro en B, es decir, en escuadra. El resto en Doha, así: 207 C, 307 C, 407 C, 109 C (41/2 vueltas al frente con 3.8, 5156 B con 3.9 GdeD; los dos últimos son los más complejos y difíciles en sus tablas.

 

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