Arturo Xicoténcatl

Arturo Xicoténcatl
El espejo de tinta

El TAS abre los ojos

27 de Octubre de 2020

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La única constante en el universo y en el ser humano, hecho de la misma materia de aquél, luz, energía negra, espacio, es cambiar a cada instante. Ideas, percepción; acciones, decisiones. Los argumentos con base científica o de otra naturaleza que se emplearon hace una década o mucho más, y que fueron descartados, cobran vigencia y relevancia. Se rechaza y se acepta; se salta y oscila del día a la noche, del cenit al nadir.

Los que elevaron al orador Marco Tulio Cicerón a Padre de la patria fueron los que pidieron que le amputaran las manos, le arrancaran la lengua y decapitaran. La sociedad que repudió a los atletas Tommie Smith y John Carlos por el saludo del Poder Negro, trascendente protesta contra la discriminación racial, durante los JO de 1968, que los expulsó de la delegación deportiva y trató de destruirlos económicamente con todas sus consecuencias, éticas, sicológicas, morales, impidiéndoles trabajar en Estados Unidos, es la que les erige una estatua y exalta sus valores humanos. El Time de aquella época cambió en sus páginas el lema olímpico Citius, Altius, Fortius, más rápido, más alto, más fuerte, por el de Angrier, Nastier, Uglier, “más furioso, más sucio, más feo”. El conflicto económico tan difícil que vivió John Carlos rompió su matrimonio y llevó a su esposa al suicidio.

Hace poco tiempo, alrededor de una década la ciencia, los científicos de la Universidad de Colonia, Alemania, demostraron, con física y matemática, que el sudafricano Oscar Pistorius adquiría ventaja al correr con cuchillas de fibra de carbono. Personas de pensamiento sentimentaloide, chantajistas morales y emocionales invocaron al espíritu de los derechos humanos. Confundieron ciencia y deporte con racismo y derechos humanos. El TAS se colocó una venda en los ojos y herméticos tapones en oído y mente, y autorizó a Pistorius a competir contra los atletas que no sufren discapacidad en JO. Cuánto cegó la vanidad a Pistorius y cuántos otros lo ayudaron a jalar del gatillo en aquel negro día de San Valentín 2013, cuando asesinó a su novia, Reeva Steenkamp. Cuánto acumuló su cinismo cuando protestó y se quejó amarga y descaradamente de que había perdido una carrera debido a que las prótesis de fibra de carbono de un brasileño eran mejores que las que él empleaba.

Hoy, la WA expresa, con agrado y discreción, de que el TAS haya dictaminado en contra de Blake Leeper, atleta discapacitado. Desaprueban su participación en JO de Tokio 2020, a celebrarse en el verano de 2021, para atletas normales, con el empleo de cuchillas de carbono, que, además de darle ventaja mecánica, son para una persona 15 centímetros más alta que él...

Resulta patético ver órganos que rigen el deporte, la sociedad o los políticos que sean reacios al conocimiento elemental de la ciencia.

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