Arturo Xicoténcatl

Arturo Xicoténcatl
El espejo de tinta

Adaptación

23 de Octubre de 2020

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Desde la fabricación de la primera hacha de piedra u obsidiana a las sondas espaciales y últimas computadoras capaces de hacer millones de operaciones en menos de un segundo, la ciencia y la tecnología han acelerado el progreso humano en diversos campos: en comunicación, transporte, guerra, medicina, economía y, paradójicamente, en la obra siempre creadora y destructora del hombre, han dañado al planeta con el calentamiento global provocado por los gases de los combustibles fósiles que han ocasionado ciclones, tormentas, incendios, sequías. El hombre apareció hace unos 100 mil años en algún punto del Valle del Rift en África. En el comparativo actual, en algunos campos, su evolución y conocimiento, fue lento y gradual. La ciencia y la tecnología le dieron un empuje acelerado como nunca antes en los últimos 150 años, disparado en vórtice como jamás se había visto en los últimos 25 años en casi todas las actividades y manifestaciones humanas. En materia deportiva, en función a la ciencia y a la tecnología, a la profundidad de conocimiento en el arte del entrenamiento, se vive una época de auge. Los límites humanos se deshacen en el poder de pies, piernas y manos. Como un renacer constante del espíritu olímpico Citius, Altius fortius, más rápido, más alto, más fuerte.

Parece que estamos en un punto crucial. La tecnología forma parte de nuestras vidas; proporciona rapidez, confort, utilidad. Nos maravilla y disfrutamos de ella. En materia deportiva nos hemos adaptado al cambio de la pista de arcilla por la de material sintético, al empleo de pértigas de fibra de vidrio y carbono que funcionan como catapultas; al uso de zapatillas con placa de fibra de carbono. La World Athletic, anteriormente la IAAF, ha autorizado con ciertos límites en sus características las nuevas zapatillas. Vivir en la burbuja de la tecnología ha modificado el criterio, en adaptación, aceptación al grado que acaso, sin darnos cuenta, hemos transformado pensamiento e ideas.

No, no, de ninguna manera se pretende que los atletas corran descalzos como lo hizo en el maratón olímpico en los Juegos de Roma el etíope Abebe Bikila, y todos compitan en “igualdad de circunstancias” y condiciones. ¿Por qué, hasta donde se va a permitir la tecnología? que conquista terreno centímetro a centímetro de la manera más natural. Especialistas del atletismo afirman que si Kenenisa Bekele hubiese corrido con las zapatillas del ugandés Joshua Cheptegei entonces habría roto el muro de los 26 minutos en los 10,000 metros planos. Y acaso arañado los 12.30 en los 5,000 m. El grosor oficial del tacón de la zapatilla permitido oficialmente es de 40 mm. Eliud Kipchoge corrió el maratón con una de 42 mm y señaló 1:59.40, rompió el muro de las dos horas, pero sin reconocimiento de la WA.

 

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