¿Los números del engaño?

Se supone que los números son “grandes aliados” del beisbol. Eso de saber qué promedio de bateo traía un gran jugador o el bajo porcentaje de carreras lim­pias admitidas ERA, en inglés mostrado por un superlanzador nos daban el gozo de saber cuán­do podíamos ...

Se supone que los números son “grandes aliados” del beisbol.

Eso de saber qué promedio de bateo traía un gran jugador o el bajo porcentaje de carreras lim­pias admitidas (ERA, en inglés) mostrado por un superlanzador nos daban el gozo de saber cuán­do podíamos estar ante un gran duelo. Quizá esos eran —como aquella serie televisiva— los años maravillosos y la expectativa nos la daba el he­cho de estar presenciando uno de los juegos de las Grandes Ligas, uno disponible, pues ni siquiera existía la totalidad de transmisiones. Es lo que nos tocó —chavorrucos o no— y hoy, obviamente, es un gozo contar con tooodooos los juegos en máxi­ma calidad y la disponibilidad de cifras… esperen, desde esto último se le da título a esta entrega.

Recordamos cuando el extrañado Tommy Mo­rales (q.e.p.d.) nos decía: “Ya cuando la sección deportiva no tiene ni los standings, estamos amo­lados”, vaya razón que tenía, pues internet nos trajo muchos memes de gatitos, bastante información y el periódico ya no se fijaba en esa tabla elegante, la cual consultábamos, ansiosos, en cuanto llegaba Excélsior a la casa…

Actualmente, esto parece un poco ese juego de los espejos en las ferias: resulta que sí trae prome­dio, pero no produce o no tiene poder o se poncha más que antes y de repente (algunos culpan a la expansión) todo parece incidir en que los duelos de repente ya nos los ves igual que antes.

Entre los planes de Major League Baseball en cuanto a tecnología hemos tenido cosas interesan­tes, como los Google Lenses (incluso ese gigante informático tiene su nube), los intentos de más in­teracción digital en los parques y ahora esta puesta en línea de lo que parece una escala interdimen­sional de la información con el Statcast.

Hasta en la ventana de ese sitio baseballsavant. mlb.com te avisan con una leyenda así, como para quedarse rascando la cabeza: “resultado estimado / esperado…”, y te llevan a un ajuste para “entender” que habrá un promedio de bateo que se puede ver como probable, así como en el slugging y la capaci­dad para ponerse en base (xwOBA), hasta eso. Te ha­blan de la “velocidad percibida” (PV), la velocidad en los giros de la pelota (SR, en la pichada), la que les en­canta en los tablazos, que es la “velocidad de salida” (del bate, EV), y ya unas que son casi inenarrables… vaya, desde la manera en la cual las intentan describir.

Esta inexplicabilidad está dañando el beisbol, se está viendo en varios parques con entradas bajísimas, como la de 3,640 personas reportada en Oakland (más que falsa) el martes. Se está vol­viendo un juego urgido de dinamismo, se logrará privilegiando el juego en sí y evitando cifras geek.

El diamante es mucho más que un pantano de cifras.

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