Dos cañonazos distintos

Es un hecho: estamos ante logros de dos de los peloteros por mucho de los más conocidos en el beisbol actual. El cuadrangular conectado por Aaron Judge significa mucho en una historia rica en legendarias actuaciones para los Yankees de Nueva York. El vuelacercas de ...

Es un hecho: estamos ante logros de dos de los peloteros —por mucho— de los más conocidos en el beisbol actual. El cuadrangular conectado por Aaron Judge significa mucho en una historia rica en legendarias actuaciones para los Yankees de Nueva York.

El vuelacercas de autoridad por Shohei Ohtani lo reconfirma como un infaltable en la crónica de la pelota actual, curiosamente, para un equipo el cual también fue de NYC (Brooklyn), unos Dodgers de Los Ángeles constituidos como la nueva power house de los grandes billetes en Las Mayores actualmente.

En el caso del carismático gigantón de los del Bronx, ese estacazo 358 con el que rebasa al mítico (no sólo por sus geniales frases) Yogi Berra en ese departamento, se acerca a otro enorme nombre como Joe DiMaggio (361) y vamo’ a ver si le da el tanque para —a sus 33 añitos— acechar al caballo Lou Gehrig (493) o los aparentemente lejanos 532 del ídolo Mickey Mantle; tomemos en cuenta que “El Juez” sí le puede andar atizando unos 50 HR por calendario para medirle y, bueno… el récord de 659 con “Babe” Ruth quizá para soñar.

El caso del samurái Ohtani es una cosa casi de locos: el jugador quizá con facultades más amplias en todo el beisbol de las Grandes Ligas no sólo por su capacidad para también lanzar de manera totalmente competitiva y a tope, el japonés fildea y vaya que batea. El palazo #100 de Showtime con los Dodgers llega en su segundo calendario, cuando en el equipo vecino (Angelinos) bateó 171 de los mismos en seis temporadas, pero, sobre todo: vaya misil sónico el cual salió de su bate en Denver, con aproximadamente 120 mph como velocidad de salida… ok, no es el récord (122 mph O’Neill Cruz con Piratas), pero vaya línea tendida a las gradas rocosas.

Esa parejera con los batazos de cuatro esquinas entre Cal Raleigh, Kyle Schwarber junto a los mencionados Shohei Ohtani y Aaron Judge se ve como parte de lo más interesante para este cierre de temporada porque, efectivamente, ya estamos en el septiembre de no hay marcha atrás.

Y la agradable coincidencia es como esa corta lista de supersluggers —¿los verdaderos cuatro fantásticos?— está siendo un indicador de cómo sus equipos los necesitan en un liderazgo, quizá los Marineros de Seattle sean quienes más necesiten los de largo alcance de su estelar receptor, en esa lucha día a día con los Astros de Houston.

Momento de mencionar algo por debajo del radar para muchos: si el calendario se reduce a 154 juegos (algo impensable por muchos años), sería por el supuestamente necesario ajuste con una inminente expansión, entonces cabe mencionar la inquietud especial sobre los récords de temporada.

En el papel, emociona ver dos nuevas franquicias, la cuestión es saber si se podrá dotar de pitcheo y, por ende, de buen espectáculo… los números, ¿qué?

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