Carísimo juez
Simplemente es demasiado dinero 365 mdd. Ok, lo dividen en pagos quincenales y habría bonos pro rendimiento, pero lo de Aaron Judge con los Yankees es una buena noticia y, a la vez, un dineral, como para preguntarse por qué se ha vuelto tan caro el big show. SALÓN ...
Simplemente es demasiado dinero (365 mdd). Ok, lo dividen en pagos quincenales y habría bonos pro rendimiento, pero lo de Aaron Judge con los Yankees es una buena noticia y, a la vez, un dineral, como para preguntarse por qué se ha vuelto tan caro el big show.
SALÓN VERGONZOSO
Una burla cómo han bateado el ingreso de líderes históricos al recinto de Cooperstown. El domingo pasado, Fred McGriff se convirtió en un miembro más del recinto de los inmoratales gracias al comité de veteranos.
McGriff, por supuesto, fue un tremendo pelotero, pero ni siquiera llegó a los 3,000 hits ni a los 500 vuelacercas como para hacerlo prevalecer.
En el picheo era mucho más lógico haber elegido a Curt Schilling o al múltiple Cy Young Roger Clemens, pero no se da esto por una serie de prejuicios y una doble moral vergonzosamente vigente por parte de la Asociación de Escritores de Beisbol (BBWAA), junto con el comité de veteranos.
El Salón de la Fama del beisbol, ubicado en Cooperstown, no es simplemente el museo histórico, es un recinto donde se puede decir que se rinde admiración y tributo a los grandes peloteros, quienes han hecho historia, han dejado una huella por su legado en el juego y los valores formativos de este maravilloso deporte.
Pero, ¡ojo!, es un tema muy espinoso, pues los primeros peloteros elegidos en 1936 fueron Ty Cobb, Walter Johnson, Christy Mathewson, George Herman Babe Ruth y Honus Wagner, ¿estamos seguros de que ellos fueron unas blancas palomitas como para evitar el revisionismo? De los 340 elegidos hasta enero de este año, ¿cuántos no deberían estar si revisáramos con lupa?
Estamos hablando de eso tan cacareado de honrar las hazañas y la historia de la pelota, donde nos topamos con una lista de votantes subidos en su ladrillo, quienes, con su dedo flamígero, han evitado la llegada de, al menos, dos peloteros incuestionablemente meritorios. Podrán haber sido o no muy buena onda con la prensa y algunos aficionados, pero pretender borrar a Barry Bonds y Roger Clemens, además de Curt Schilling, es una bajeza ante los logros y la historia del beisbol.
En una época donde casi no se tienen ídolos, este nuevo tiro en el pie esperemos que no sea mortal para el rey de los deportes: es complicadísimo para los nuevos peloteros llegar a 3,000 imparables o a 200 victorias, lo conseguido por los grandes de antes debería ser honrado y no sepultado.
Hablando de esto, un posible candidato al mismo Salón de la Fama es Justin Verlander, quien se reunirá con Max Scherzer luego de la millonada que le dieron los Mets, esperemos que estos electores convertidos en policías chinos no les encuentren manchas en un futuro.
