¿Caída libre?

Se sabe: no puedes ser contendiente y protagonista en el standing o en los playoffs TODOS los años. También entra el tema de si una organización tiene una interesante etapa de reconstrucción o de implementación o de “ciencia aplicada” lo que ello signifique hoy en ...

Se sabe: no puedes ser contendiente y protagonista (en el standing o en los playoffs) TODOS los años.

También entra el tema de si una organización tiene una interesante etapa de reconstrucción o de implementación o de “ciencia aplicada” (lo que ello signifique hoy en el beisbol) o todo junto, la cuestión es cómo podemos observar si esto pasa en las Grandes Ligas y definitivamente SÍ se dan casos llamativos.

Es así como llegamos a lo actual con unos Orioles de una historia, digamos, peculiar, desde el hecho de que han estado previamente en dos ciudades también ligamayoristas (Milwaukee 1894-1901 / San Luis “Browns” 1902-1953), con un dueño por demás peculiar, con Peter Angelos en su momento peleando duro la llegada de los Nacionales a Washington, desde Montreal, por ejemplo.

Por ahí también es un tema importante el cómo esta franquicia —al igual que los Mets en Nueva York, los Bravos en Atlanta, entre otros— es de las que traen un proyecto por demás llamativo para hacer todo un “centro de entretenimiento”, con plaza y parques adyacentes de una proyección a futuro como parte de la inversión beisbolera, eso se agradece en cuanto a la visión y el empeño para pugnar por ello, aunque sea buscando fondos públicos. Con lo anteriormente mencionado, hace toda la lógica cómo —después de esa terrible temporada 2018 de 115 derrotas— se trajeron a una parte del exitoso staff de aquellos Astros de Houston, con la suma de Mike Elias como gerente general y de —todo un personaje científico— Sig Mejdal coadyuvando para cambiarle la cara a los oropéndolas y vaya que lo estaban logrando con esa actuación memorable para 101 éxitos y un aparentemente buenísimo porvenir…

Por igual, toda la, digamos, secuencia se podría entender cómo los Orioles se llevaron a dos futuros peloterazos (casi con etiqueta de “infalibles” en su momento) como Adley Rutschman y

Gunnar Henderson para ser los puntales de un fresco, renovado y muy peleador equipo.

Pero, bueno, parece como si no se pudiese escribir siempre una linda historia de un “mundo de caramelo”, al manejador Brandon Hyde le dieron las gracias este año con los mismos designios del “GG” Elias, sí, después de aguantar esos años aciagos de las muchas derrotas y de por fin romper esa barrera (muy cabalística para algunos) de las 100 victorias en el nada lejano año 2023.

Ustedes lo dirán y es muy cierto eso de que así es el negocio, por algo la pelota redonda viene en la caja cuadrada, pero, pues, duele ver así a un equipo el cual nos daba célebres batallas en la división de Yankees-Medias Rojas-Rayos-Azulejos.

La histórica franquicia de Brooks Robinson, Frank Robinson, Jim Palmer, Eddie Murray, Caballo de Hierro Cal Ripken Jr y aquel manager Earl Weaver como que merece mejores alturas.

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