Adrián Camacho defendió a La Máquina y al América

CIUDAD DE MÉXICO.

El intercambio de jugadores entre Cruz Azul y América no es extraño, pero hay quienes, habiendo defendido ambas trincheras, siempre se identificarán más con la escuadra celeste. Tal es el caso de Adrián Camacho, bicampeón con La Máquina en las temporadas 1977-78 y 1978-79 y con las Águilas en 1987-88 y 1988-89, quien asegura que haber pertenecido a la generación dorada del cuadro celeste es lo que más le llena de orgullo.

Fui muy afortunado porque me tocó parte de la época de oro”, señala para Excélsior. “Compartí vestidor con Miguel Marín, Carlos Jara Saguier, Ignacio Flores, Alberto Quintano, Kalimán Guzmán, Eladio Vera, Horacio López Salgado y muchos otros, además fui dirigido por Raúl Cárdenas y por Ignacio Trelles, el máximo entrenador que ha habido en México”.

Pese a haber recibido su primera oportunidad en 1977, de la mano de Nacho Trelles, destacó la importancia que tuvo Rubén Maturano en sus inicios.

Don Nacho me debutó, salí a la banca con Cárdenas, pero no jugué, lo hice con el señor Trelles; el profe Maturano fue clave en mi carrera: se le acercaba a don Nacho y le insistía que me metiera y, aunque cada partido le decían que no, un día me dejaron entrar y en esa temporada, siendo suplente, hice 14 goles”, expresó.

Después de dos títulos de liga y un subcampeonato, en 1986 Guillermo Álvarez Cuevas, presidente del equipo, le notificó al delantero que ya no le renovaría contrato, así que firmó con el acérrimo rival, las Águilas. “Tenía una oferta del Tampico y me iban a pagar el doble, pero Panchito Hernández (director deportivo del América) me dijo que lo analizara, que tenía media hora para decidir, entonces recordé lo que me habían dicho en Cruz Azul y, para que la cuña apretara, acepté. Dije: ‘Aquí se van a arrepentir de haberme dejado ir’”, apuntó.

En Coapa, Adrián vivió lo que fue su clásico joven de mayor relevancia: en la 1988-89 disputó la final entre el América y La Máquina, obteniendo el título para las Águilas, aunque el recuerdo no es tan grato.

Jugué con América la ida de la final de la temporada 1988-89, pero, cuando Jorge Vieira (el técnico) dio la alineación para la vuelta, no estaba ni para la banca; le pregunté por qué y me comentó que le habían dicho de arriba que no me metiera porque yo había jugado en Cruz Azul y podía haber algo raro en lo que hiciera. Le dije que, si bien quería mucho a La Máquina, como profesional iba a defender los colores del América, pero no me dejaron jugar; fui bicampeón con el equipo, pero no lo disfruté”, finalizó.

Con Cruz Azul le tocó la última etapa de la gran época de La Máquina.

PROHIBIDO PERDER

Adrián Camacho, canterano de Cruz Azul, dijo que  cuando pasó al América entendió que el duelo más importante ahí es el Clásico Nacional, ante Chivas; sin embargo, para  La Máquina no hay otro de mayor jerarquía que frente a las Águilas.

En Cruz Azul, Billy Álvarez nos decía que si le ganábamos al América habría una prima especial, pero eso no nos importaba: sabíamos que debíamos ganar, podíamos perder cualquier partido, pero ése no”, aseveró.

Camacho vive con ansiedad la semana previa al clásico joven del sábado en el Guardianes 2021. “Su coco es el América, en mi época les ganamos una final, pero ahora han habido otras, como la del 2013, donde se pensaba que iban a ser campeones y... no se sabe qué pasa en esos momentos”.

Pero más allá del duelo de este sábado, Camacho opina que la racha de 12 victorias con la que llega La Máquina (la máxima en la historia del futbol mexicano junto con Necaxa en 1934-1935 y León en el Clausura 2019) poco valdrá si no se consigue la novena estrella.

La gente de Cruz Azul y los que queremos a la institución deseamos ver al equipo campeón, no es suficiente que rompan récords”, culminó.

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