Mujer casi muere tras tomar un suplemento popular: esto es lo que se sabe
Una mujer terminó en el hospital con daño hepático por un suplemento de cúrcuma. ¿Es realmente seguro lo natural? Esto dice la evidencia médica.

Lo que empezó como una rutina saludable terminó en una sala de urgencias. Una mujer fue hospitalizada por daño hepático severo después de tomar un suplemento de cúrcuma, una advertencia que pone en jaque la confianza ciega en lo natural.
El caso, ocurrió en Nueva Jersey, donde Katie Mohan, de 35 años, sufrió una insuficiencia hepática aguda atribuida al consumo regular de cápsulas de cúrcuma con piperina, un ingrediente que potencia su absorción, pero también sus riesgos.
El caso que encendió las alertas
Katie había comenzado a tomar suplementos de cúrcuma como parte de un plan de bienestar. No era una dosis alta, ni un producto fuera del mercado. Se trataba de un suplemento vendido sin receta en farmacias y tiendas naturistas, promocionado como “antioxidante y antiinflamatorio natural”.
Pero en cuestión de semanas, comenzó a experimentar fatiga extrema, ictericia (coloración amarilla de la piel) y náuseas persistentes. El diagnóstico fue fulminante: hepatotoxicidad inducida por suplemento de cúrcuma, una afección grave del hígado que puede requerir trasplante si no se atiende a tiempo.
Su historia no es aislada. En los últimos años, los reportes de daño hepático relacionado con el consumo de suplementos naturales han aumentado, especialmente cuando contienen ingredientes que interactúan con el metabolismo hepático.

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¿La cúrcuma puede dañar el hígado?
La cúrcuma (Curcuma longa) es una raíz ampliamente utilizada en la medicina ayurvédica y la cocina india. Su compuesto activo, la curcumina, ha sido estudiado por sus potenciales beneficios antiinflamatorios y antioxidantes. Sin embargo, no por ser natural es automáticamente segura.
Según una revisión publicada por Harvard Health Publishing, los efectos terapéuticos de la cúrcuma en humanos son modestos y aún en investigación, y los suplementos no están exentos de interacciones y efectos adversos, especialmente cuando se usan en dosis altas o en combinación con potenciadores como la piperina.
El problema no suele ser la cúrcuma en su forma culinaria, sino la versión concentrada en cápsulas, que muchas veces se consume en dosis muy superiores a las que se usarían en la cocina.
¿Qué dice la ciencia sobre la cúrcuma y la salud hepática?
Varios estudios han mostrado que la curcumina tiene propiedades antiinflamatorias prometedoras. Sin embargo, también se ha observado que, en ciertas personas, puede inducir reacciones adversas a nivel hepático, especialmente cuando hay una sobrecarga metabólica en el hígado.
Mecanismos posibles de toxicidad
- Metabolismo hepático saturado: el hígado es el principal órgano que metaboliza los suplementos. Altas concentraciones de curcumina pueden alterarlo.
- Interacción con medicamentos: la cúrcuma puede afectar la eficacia o toxicidad de anticoagulantes, antidepresivos, antihipertensivos y estatinas.
- Aditivos como la piperina: utilizados para mejorar la absorción, también pueden interferir con enzimas hepáticas, exacerbando la toxicidad.
- Suplementos mal regulados: en muchos países, estos productos no pasan por los mismos controles que los medicamentos, lo que incrementa el riesgo de ingredientes contaminantes o concentraciones erróneas.
En 2023, un estudio de casos en EE. UU. reportó al menos 16 hospitalizaciones por hepatitis tóxica vinculadas al uso de suplementos de cúrcuma con piperina, lo que motivó nuevas investigaciones sobre su seguridad.

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¿Quiénes están en mayor riesgo?
La cúrcuma puede representar un riesgo especialmente en personas con ciertas condiciones médicas o predisposición genética. Entre los grupos más vulnerables:
- Personas con enfermedad hepática preexistente (hepatitis, hígado graso no alcohólico)
- Pacientes polimedicados
- Usuarios de alcohol crónico
- Personas con mutaciones genéticas que afectan enzimas hepáticas
- Embarazadas o en lactancia (sin estudios concluyentes de seguridad)
Además, la automedicación con suplementos “naturales” es un riesgo silencioso, ya que muchas personas no los reportan a sus médicos por considerar que son inocuos.
¿Cómo saber si un suplemento está afectando tu hígado?
El hígado no duele, pero sí se manifiesta a través de síntomas indirectos. Es vital estar alerta si experimentas:
- Ictericia (piel y ojos amarillos)
- Fatiga extrema sin causa aparente
- Orina muy oscura
- Náuseas, vómito o pérdida del apetito
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen
Ante cualquiera de estos síntomas, suspende inmediatamente el suplemento y acude al médico. Los análisis de función hepática (AST, ALT, bilirrubina) pueden detectar daño temprano, incluso antes de los síntomas.

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¿Se debe dejar de tomar cúrcuma?
No necesariamente. Lo importante es diferenciar entre cúrcuma culinaria y cúrcuma en cápsulas. Usar la raíz como condimento (por ejemplo, en sopas, guisos o bebidas) no ha demostrado causar daño hepático en personas sanas.
Pero en el caso de suplementos:
- Evita productos con altas concentraciones de curcumina.
- Revisa que no contenga piperina sin justificación médica.
- No excedas la dosis diaria recomendada por el fabricante.
- Consulta a tu médico si tienes otras condiciones o tomas medicamentos.
La cúrcuma puede ser útil como parte de una estrategia integral, pero no debe usarse como sustituto de tratamientos médicos.
El peligro de idealizar lo natural
El caso de Katie Mohan no es aislado, y revela un problema mayor: la falsa percepción de que lo natural es siempre seguro. El mercado global de suplementos —valorado en más de 150 mil millones de dólares— se sostiene sobre una lógica de consumo desregulado y, muchas veces, sin evidencia suficiente.
Numerosos médicos han advertido que, mientras los medicamentos deben pasar por fases rigurosas de investigación clínica, los suplementos suelen llegar al mercado con estudios mínimos, especialmente en lo que respecta a toxicidad a largo plazo.
La cúrcuma no es enemiga del cuerpo. Lo que es un enemigo silencioso es el exceso, la desinformación y la automedicación sin guía profesional. Si has pensado en tomar un suplemento, hazlo con respaldo médico, conocimiento real y con la consciencia de que “natural” no significa inofensivo.
Y si ya la estás tomando, escucha a tu cuerpo. El hígado, aunque silencioso, también sabe hablar cuando algo no va bien.
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