¿Qué alimentos pueden transmitir salmonella? Conoce qué debes cuidar en la comida

La salmonella es una bacteria que provoca una de las infecciones intestinales más comunes en el mundo. Saber qué alimentos pueden transmitir salmonella, cómo ocurre la contaminación y qué cuidados aplicar en la cocina ayuda a prevenir enfermedades.

¿Qué es la salmonella?

La salmonella es una bacteria que vive en el intestino de animales y personas. Puede causar enfermedad si se ingieren alimentos o agua contaminados. La infección, conocida como salmonelosis, provoca síntomas como diarrea, fiebre, dolor de estómago, náuseas y vómitos.

Los síntomas suelen aparecer entre unas horas y unos días después de haber comido el alimento contaminado. En la mayoría de los casos, la persona se recupera sola, pero en bebés, adultos mayores, embarazadas o personas con defensas bajas puede ser más grave y requerir atención médica.

Alimentos más propensos a transmitir salmonella

Algunos alimentos tienen más probabilidades de estar contaminados con salmonella, sobre todo si no se manipulan o cocinan correctamente. Los principales son:

• Huevos y alimentos con huevo crudo o poco cocido: la salmonella puede estar en la cáscara o dentro del huevo. Platillos como mayonesa casera, postres con huevo crudo o masas sin hornear pueden ser peligrosos. Para preparaciones sin cocción, se recomienda usar huevos pasteurizados.
• Pollo, pavo y otras aves: las aves crudas o mal cocidas son una fuente frecuente de contagio. Es importante cocinar la carne hasta que alcance la temperatura adecuada y evitar que toque otros alimentos listos para comer.
• Leche sin pasteurizar y derivados: la leche cruda y los quesos elaborados con ella pueden contener salmonella. Consumir productos pasteurizados es la forma más segura de prevenir la infección.
• Carne molida o poco cocida: las carnes picadas, hamburguesas o embutidos pueden contener bacterias si no se cocinan completamente. Cocinar bien todas las partes del alimento es esencial para eliminar la salmonella.
• Frutas y verduras contaminadas: las hortalizas pueden contaminarse durante el cultivo o en la manipulación posterior. Lavarlas bien, pelarlas o cocinarlas reduce el riesgo.
• Harinas y masas crudas: aunque parezca poco probable, la harina puede tener salmonella. Comer masa cruda o probarla antes de hornear puede causar infección, por eso se recomienda cocinarla siempre.
• Comidas preparadas que no se recalientan: ensaladas, sándwiches o platillos listos para comer pueden contaminarse si no se manipulan con higiene o si los utensilios no están limpios.

Estos alimentos aparecen con frecuencia en los informes de brotes de salmonella en distintos países y deben manipularse con especial cuidado.

¿Cómo se contaminan de salmonella los alimentos?

La contaminación con salmonella ocurre por distintas causas, muchas de ellas relacionadas con la falta de higiene o una mala cocción. Los puntos más importantes son:

• Durante la producción: los animales o el agua contaminada pueden transmitir la bacteria a los alimentos.
• En la cocina: usar los mismos utensilios o tablas para alimentos crudos y cocidos sin lavarlos permite que la bacteria se extienda.
• Por cocción insuficiente: si los alimentos no alcanzan una temperatura alta, la bacteria puede sobrevivir.
• Por mala conservación: dejar los alimentos a temperatura ambiente por mucho tiempo facilita que las bacterias se multipliquen.

Cuidados básicos para prevenir la salmonella

• Lava bien tus manos y utensilios: usa agua y jabón antes y después de manipular alimentos crudos. Limpia las superficies de trabajo y los cuchillos con frecuencia.
• Evita la contaminación cruzada: mantén separados los alimentos crudos y cocidos. Guarda las carnes crudas en envases cerrados y en la parte baja del refrigerador.
• Cocina completamente los alimentos: usa un termómetro de cocina si es posible. El pollo debe alcanzar al menos 74 °C.
• No consumas leche ni huevos crudos: prefiere siempre productos pasteurizados.
• No pruebes masas sin cocinar: aunque parezcan inofensivas, pueden tener bacterias. Hornea o cocina siempre antes de comer.
• Refrigera a tiempo: guarda los alimentos perecederos dentro del refrigerador y evita dejarlos fuera más de dos horas.

Seguir estas recomendaciones reduce considerablemente la posibilidad de enfermar por salmonella.

Si después de comer algún alimento presentas malestares intestinales, es importante actuar a tiempo. Mantén una buena hidratación, la diarrea y los vómitos pueden causar deshidratación, por lo que conviene tomar agua o bebidas con electrolitos.

Busca atención médica si los síntomas son graves, si tienes fiebre alta, sangre en las heces o no puedes mantener líquidos, acude al médico. También si eres parte de un grupo de riesgo (niños pequeños, adultos mayores, embarazadas o personas con enfermedades crónicas).

Informa a las autoridades sanitarias, si crees que un alimento comprado o consumido fuera de casa te enfermó, puedes reportarlo. Esto ayuda a detectar brotes y evitar más contagios.

Prevenir la salmonella no es complicado: basta con aplicar hábitos de higiene en la cocina, cocinar bien los alimentos y evitar el consumo de productos crudos o sin pasteurizar. Mantener limpias las manos y los utensilios, respetar las temperaturas de cocción y refrigeración, y consumir productos de fuentes confiables son medidas sencillas que protegen tu salud y la de tu familia.

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