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Dos frentes

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Abrir un frente para cubrir otro. Parece que eso fue lo que ocurrió ayer. La polémica estaba viva días antes. El subsecretario encargado del manejo de la pandemia no hizo caso ni a sus propias palabras. Primero se le vio abordando un avión rumbo a Oaxaca sin usar cubrebocas. Es claro que no se quedó en casa. Después, en una playa en Zipolite, sin mascarilla ni sana distancia. El tema explotó así mientras México contó el domingo con más de 5 mil nuevos contagios y rebasó los más de 127 mil mexicanos muertos desde el inicio de la pandemia. Algo debía decir el Presidente, era evidente que sería cuestionado al respecto: “Hay que preguntarle a él por la tarde, yo lo que puedo decirle, en abono a la conducta del doctor López-Gatell, es que ha estado trabajando bastante, muy intenso, que ha estado cumpliendo con su responsabilidad, que es un muy buen servidor público, un buen especialista, un profesional, eso es lo que puedo comentar, y que, pues, ya su situación en lo personal, aunque sí es un asunto público, prefiero que él sea el que lo explique…”, dijo en la conferencia en Palacio Nacional.

Sin embargo, el tema cambió. A pregunta expresa sobre el rechazo de una jueza británica a la extradición de Julian Assange a EU, el presidente giró los reflectores sobre el fundador de WikiLeaks. México hará las gestiones pertinentes para brindarle asilo político si así lo desea. Alegó la tradición mexicana de abrir sus puertas a perseguidos. Tal como lo vimos hace más de un año con Evo Morales. El Presidente celebró que el periodista no llegara frente a la justicia de Estados Unidos, donde es requerido por la filtración de datos que expusieron acciones de la milicia estadunidense en Irak y Afganistán, acciones que constituyen, al menos, 17 cargos por espionaje y uno más por uso indebido de equipo de cómputo.

En resumen, la invitación hecha a Julian Assange para llegar al país en condición de asilado político luce la política de fraternidad que tanto enarbola el Presidente, pero le abre un nuevo frente con quien ya se anota una relación fría, lejana, Joe Biden. El próximo presidente de EU toma su lugar en menos de tres semanas, ¿cómo recibiría la noticia luego de que nuestro país fue uno de los últimos en reconocer su triunfo? Un enemigo de su país, en el caso hipotético de que el asilo se consumara, llegaría al nuestro en calidad de protegido. El Presidente habrá olvidado este punto, o no, y aun así optó por este nuevo frente con Biden y su nuevo gobierno, con la seguridad de que el posible asilo generaría ruido y, claro, no hablaría de las terribles consecuencias de la pandemia ni de lo ocurrido con el subsecretario.

“No tengo nada que ocultar…”, así inició su respuesta Hugo López-Gatell cuando fue “cuestionado” al respecto en la conferencia de las 7 de la noche, a la que llegó con retraso. Y, en efecto, no tiene nada que ocultar. Evidenciado está.

Horas antes: “Cada quien es responsable de decir y hacer. En mi caso en particular, en el caso de todo el equipo, estando la situación de la ciudad como está, no podríamos de ninguna manera tomarnos algún descanso…”, respondió Claudia Sheinbaum, también a pregunta expresa sobre las vacaciones de López-Gatell. Vaya contraste y tiento en las posturas.

Antes de llegar al Salón Tesorería, en Palacio Nacional, el subsecretario escribió en Twitter: “Hoy, 4 de enero de 2021, @COFEPRIS autorizó la vacuna de AstraZeneca para uso de emergencia contra el virus SARS-CoV-2...”. Tengan su vacuna.

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