Materia gris
Conviene reivindicar el pensamiento crítico contra el pensamiento único. Se puede estar de acuerdo con los fines, pero no con los medios
Traduzco un mensaje reciente de Elon Musk: “Si no hay algunos temas en los que esté al menos un poco en desacuerdo con su partido político, entonces usted no está en un partido político, sino en una secta”. Me recordó otra frase que escuché en un seminario de Fernando Savater y que, por lo tanto, reproduzco de memoria: “Si está de acuerdo con absolutamente todo lo que propone y hace el partido político con el que simpatiza, muy probablemente no está pensando”. Tener que estar de acuerdo, o en desacuerdo, con todo se conoce como maniqueísmo. Alguien es maniqueo cuando se conduce como si sólo existieran dos extremos opuestos posibles: uno bueno y uno malo, sin aspectos intermedios. La palabra deriva de la religión que fundó el profeta persa Mani, que postuló por primera vez la dualidad: luz, oscuridad; bien y mal absolutos, en confrontación. La concepción maniquea de la política ordena que todos piensen de manera idéntica, viendo con suspicacia a quien no cumple esa expectativa. “O se está por la transformación o se está en contra”, “o somos conservadores o somos liberales, no hay medias tintas”, ha dicho el Presidente abiertamente. Sin embargo, esto no necesariamente debe ser así. Por ejemplo, Robert F. Kennedy Jr., el sobrino del célebre JFK, como muchos integrantes del Partido Demócrata, es un activista contra el cambio climático, pero, al mismo tiempo, es un conspicuo antivacunas, que es una postura generalmente más asociada al Partido Republicano. Aunque disentir debería ser visto con normalidad, lamentablemente hoy es casi impensable, sobre todo en México, donde se ha exacerbado deliberadamente el maniqueísmo.
- BLANCO Y NEGRO
Conviene reivindicar el pensamiento crítico contra el pensamiento único. Hay que entender que se puede estar de acuerdo con los fines, pero no con los medios. Es totalmente congruente alegrarse de que la pobreza disminuya y preocuparse de que se esté logrando básicamente con transferencias improductivas que, a la larga, serán insostenibles. Es válido considerar que la justicia social sea una aspiración legítima, pero lamentar que el gasto público de esta administración esté siendo el más ineficiente en materia de crecimiento económico de toda la historia moderna. Se puede estar de acuerdo con tender a la soberanía energética, pero reconocer que lo más probable es que en Dos Bocas se tenga un retorno negativo (es decir, que nunca se vaya a recuperar la inversión); y felicitarnos porque Deer Park sea rentable, pero apenarnos porque México haya caído de la posición 28, en el ranking del World Economic Forum de 120 países en cuanto a promoción y transición a energías renovables, en 2018, al puesto 68 este año. Es consistente querer que el sur del país se desarrolle igual que el norte, pero afligirse porque el medio esté siendo un Tren Maya ecocida y etnocida, según el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza. No es cierto, en fin, que, para abominar de la corrupción se tenga que aplaudir a rabiar la cancelación del NAIM y haber perdido entre 126, según la ASF, y 400 millones de pesos, de acuerdo con estimaciones independientes, más lo que se dejó de ganar, que un estudio del Centro de Estudios Espinosa Yglesias estima en más de 4 mil millones de pesos, sobre todo cuando no se ha documentado ni un solo caso de corrupción, hasta hoy. En pocas palabras, desde luego que se puede estar de acuerdo con el ideal, pero criticar los procedimientos al mismo tiempo.
- GRIS
El pelaje del ornitorrinco es muy espeso para poder retener una capa de aire que lo mantiene caliente. Es marrón, excepto en el vientre, donde es gris.
