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Los Intocables

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

En 1929, Eliot Ness conformó un grupo de agentes de policía cuyo propósito era hacer cumplir la ley; sin embargo, ellos tenían una característica especial. Dado que el sistema tenía un serio problema de corrupción —el cual había corroído a muchos elementos de la policía y del Departamento del Tesoro— Eliot Ness necesitaba que este grupo pudiera resistir la tentación de corromperse. Inicialmente, este equipo se conformó por 50 elementos, después fue reducido a 15 y, finalmente, quedó en 11. Ese selecto grupo demostró —ante la opinión pública— que es posible ser probos en un sistema que, algunas veces, no lo es.

Su prueba de fuego fue cuando Al Capone intentó sobornar a los agentes de Ness y ellos rechazaron su oferta. Para entender este asunto es necesario señalar que el Capo de capos —como fue bautizado Al Capone— dominó el negocio de contrabando de alcohol, el juego y la prostitución entre las décadas de los 20 y los 30 en Estados Unidos, lo cual lo posicionó como el líder de la mafia más buscado por parte del FBI. Al Capone —con las actividades que realizaba en el crimen organizado— logró tener una fortuna de más de tres mil millones de dólares.

Este es el tipo de influencia que lograron resistir los agentes de Ness, a los cuales se les llamó Los Intocables. Aquí vale hacer un señalamiento muy puntual. Este grupo no era intocable por padrinos influyentes que los protegían ni por grandes fortunas que los respaldaran; ellos eran intocables porque la corrupción no podía alcanzarlos.

Ésa es una de las vertientes —quizá una de las más importantes— de la Cuarta Transformación liderada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la lucha frontal contra la corrupción.

El jueves 3 de octubre del presente año renunció el ministro Eduardo Medina Mora a su cargo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los motivos no han sido aclarados, sin embargo, la renuncia se hace en un contexto de múltiples investigaciones realizadas por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda. En una de las líneas de investigación se indagan las transferencias financieras que recibió; las cuales no coinciden con sus declaraciones patrimoniales. Según se difunde, esto se encuentra en manos de la Fiscalía General de la República, órgano que goza de plena autonomía.

En esta administración ya no hay cabida para los corruptos, los vendepatrias y traidores a la nación. Estos eran los intocables del pasado, pero eso se acabó. Hoy ya no lo son. Todas las mañanas lo repite el Presidente: “Al margen de la ley, nada, por encima de la ley, nadie”.

La renuncia del ministro Medina Mora y el proceso de elección de una nueva persona que ocupe esa vacante es un llamado al cambio, a la reflexión y a que los servidores públicos —de todas las dependencias y poderes— seamos los incorruptibles, los nuevos intocables.

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