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Garantizar el 2024

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

Plenamente conocido que el próximo 6 de junio se realizarán las elecciones más numerosas de la historia de México, por ello su enorme importancia, con una coyuntura donde el gobierno de la 4T se encuentra en su mejor momento de preferencia entre la población y, por ende, del ánimo electoral.

De las 15 gubernaturas en juego, por lo menos en 13 hay una tendencia que marca el triunfo de Morena, el corredor del Pacífico y mar de Cortés, Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Colima, Nayarit, Michoacán y Guerrero hay una contundente mayoría que votará a favor de Morena, lo mismo sucederá en Tlaxcala y Zacatecas. Chihuahua, Campeche y Nuevo León dieron un giro que ha mantenido su tendencia ascendente al triunfo.

Según los resultados de las encuestadoras más serias del país, la tendencia para elegir diputados federales también mantiene una gran preferencia hacia la 4T y sus aliados, asimismo en las alcaldías y congresos locales. El fenómeno electoral de 2018, sin la presencia en la boleta del presidente Andrés Manuel López Obrador, se repetirá en el 2021. Su autoridad moral desdibuja la tenue y escuálida sonrisa de los adversarios que pronosticaban mejores resultados, la oposición está en bancarrota y sin mejoría, seguramente el día 7 amanecerán con un escenario catastrófico, casi en extinción.

El reto más importante para los nuevos gobiernos estatales y municipales, como de los legisladores de la Cuarta Transformación, debería ser ir construyendo la continuidad del movimiento más allá del 2024, que no se considere que la meta es sólo el 2021, sino las elecciones y la permanencia transexenal. Para ello se requiere fortalecer los nuevos cuadros de jóvenes, formación política de alta calidad y la unidad de las bases. Refrescar los liderazgos nacionales y locales, reconociendo sus méritos y capacidad.

Se convierte el 2024 y los trienios por venir en el gran proyecto para la 4T, a partir del resultado electoral del 2021. La capacidad de movilización electoral está en este momento sustentada sólo en el pueblo, aliados partidistas locales y partidos nacionales tradicionalmente con acuerdo coyuntural. El trabajo del partido mayoritario, Morena, tiene que refrescar su legislación interna, afiliación, vida institucional y operación política con los nuevos actores de la política estatal, donde se respira un anhelo de transformación en la actividad partidista.

Las elecciones no acaban en 2021, hay elecciones de alta envergadura en todos los años siguientes hasta el 2024, cuando menos cuatro gubernaturas donde el porcentaje poblacional y electoral son vitales para la definición de las federales del siguiente sexenio, éste fue un gran entrenamiento sobre lo que se hizo, lo que falta por hacer y lo inexistente. La toma de decisiones debe ahora que consultarse también con los que serán los nuevos liderazgos populares, la fórmula cambió, los resultados esperados serán notificaciones y mensajes sobre el rumbo de los institutos políticos.

 

Algunos jóvenes que por edad ya no lo serán en el 2024 y consecutivamente en los siguientes años tienen que prepararse para el cambio y fusión generacional, es vital que sean tomados en cuenta en posiciones de gobierno, deben aprender a ser buenos administradores y servidores públicos, pero, sobre todo, grandes políticos, estas tres características pueden garantizar el 2024 para demostrar que la 4T tiene los mejores perfiles, gente preparada, honesta, arrojada y con enorme sentido social.

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