Logo de Excélsior                                                        

2019, año del Caudillo del sur, Emiliano Zapata

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

En Anenecuilco, Morelos, había nacido un hombre valiente, hijo de Gabriel y Cleofas, personas comunes, trabajadoras, honestas y con un buen prestigio, habían educado a un héroe. Su pasado también estuvo enmarcado por familiares que pelearon contra los españoles en Cuautla durante la guerra de Independencia, otros más participaron en la guerra de la Reforma y la Intervención Francesa de 1860.

El Plan de Ayala fue el documento basal donde los zapatistas de Emiliano contemplaron todas las concepciones que se fueron forjando por más de 50 años, tomando en gran consideración las bases del juarismo, la “supremacía” de la ley y de la “justicia”, el fortalecimiento del orgullo nacional durante la resistencia contra la Invasión Francesa. El documento final obtuvo su sello zapatista en nueve meses, con un tinte completamente revolucionario, inspirado en el Plan de San Luis del presidente Madero.

El concepto del movimiento del Sur no sólo fue la versión limitada de los liberales de “tierra y libertad”, su visión fue más amplia, “reforma, libertad, justicia y ley”.

La Reforma Agraria Zapatista da primordial atención a las viudas y huérfanos de los revolucionarios para obtener las tierras heredadas por la lucha armada, pero pone énfasis especial contra los traidores a la patria, los saqueadores.

Ese Plan Libertador propuesto por Emiliano Zapata y afiliados al Ejército Insurgente evoca al “sufragio efectivo y no reelección” dentro de su artículo primero, pero con énfasis en la falta de cumplimiento a los principios que dieron como inicio la gesta armada, acusando de contubernio al gobierno maderista con hacendados, feudales, caciques opresores, enemigos de la Revolución proclamada por él. Por lo que deciden continuar con la revolución iniciada por Madero hasta derrocar a los poderes dictatoriales.

También propone sustituciones en el mando del Ejecutivo para darle legalidad a la Revolución, se adopta el Plan de San Luis parcialmente. Puntualiza que la nación está cansada de hombres falsos y traidores que hacen promesas como libertadores y que al llegar al poder se olvidan de ellas y se constituyen en tiranos.

Dice textual: “Muchos de ellos por complacer a los tiranos, por un puñado de monedas o por cohecho o soborno, están derramando la sangre de sus hermanos que reclaman el cumplimiento de las promesas”.

Clama: “¡Somos partidarios de los principios y no de los hombres!”

Gran parte de la reseña revolucionaria de nuestra nación se encuentra bajo custodia del Archivo General de la Nación, la Hemeroteca Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde diversos medios informativos dieron cuenta del material que sigue haciendo historia con la conmemoración que ahora el gobierno de México, acertadamente, rinde a este gran personaje.

Zapata, sin duda, es un héroe internacionalizado. Su imagen es inmediatamente identificada en nuestra memoria y en gran parte del mundo, su legado va muy de la mano con lo que ocurre en todo el continente latinoamericano.

Nuestro pueblo latinoamericano sigue lavando ajeno, sujeto a los intereses extranjeros y a algunos nacionales que insisten en negar su origen y embelesarse con la riqueza en moneda verde.

La miseria y el atraso de México los debemos a la deshonra y traición de algunos, somos un país de pobres causado por la riqueza de otros, así han sido los motivos de las grandes revoluciones mundiales. Zapata encabezó al Ejército del Sur, vio nacer la Revolución Mexicana, pero no logró ver su triunfo. Aún quedan deudas por cumplir.

Al día de hoy, la población de los países desarrollados tiene hasta diez veces más poder adquisitivo que la de México, hay más de 60 millones de personas que viven con menos de 25 centavos de dólar. Las mismas e incrementadas cifras del dolor de un país que no termina de entender que el abuso y la prostitución de sus riquezas naturales y la soberanía se deben extirpar para siempre. Hoy la lucha es contra la corrupción, el robo de nuestros recursos y la simulación. Zapata VIVE.

Comparte en Redes Sociales