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¿Y dónde está el Estado?

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director

 

 

México es un país donde grupos delincuenciales enfrentados suscriben treguas para no interferir en sus respectivos territorios; donde las autoridades constituidas llaman a los criminales a dejar que los ciudadanos trabajen y vivan en paz; donde víctimas de la violencia graban mensajes para pedir a los sicarios que les den garantías a fin de buscar a sus familiares desaparecidos y donde la Iglesia sirve de intermediaria entre los gobernantes y grupos de ciudadanos que se han armado para enfrentar a narcotraficantes, plagiarios y extorsionadores.

Pero vayamos por partes:

1) La madrugada del 26 de julio apareció una serie de mantas en los municipios de Reynosa, Tampico, Padilla y Matamoros, Tamaulipas, en las que se daba cuenta de una negociación de “paz” entre las facciones del Cártel del Golfo que llevaban años disputándose violentamente el control territorial. Un mes antes, dicho conflicto había llevado a dos de esos grupos a irrumpir en Reynosa para “calentarle la plaza” a otro de ellos, sembrando el terror y matando a 15 habitantes al azar. En las mantas, los criminales prometían dedicarse “a lo que realmente nos compete en nuestra empresa (sic)”, a fin de que “los pueblos que cuentan con nuestra presencia se sientan seguros con ella, sin preocupación alguna”. Al día siguiente, apareció ejecutado el hombre a quien se señalaba por haber dirigido la masacre de civiles en la ciudad fronteriza: Édgar Valladares Hernández, El Maestrín.

2)  “Le pido a la delincuencia que le baje”, fue la solicitud que hizo el presidente municipal de Miguel Alemán, Tamaulipas, Servando López Moreno. El pasado lunes se divulgó en redes sociales un video grabado por el alcalde de extracción priista en el que pide a los criminales “paz y tranquilidad” para los habitantes de la llamada Región Ribereña, luego de que el 29 de junio aparecieron nueve cuerpos baleados y mutilados en el poblado de Los Guerra, sobre la carretera que une a Miguel Alemán con Mier, a menos de dos kilómetros del río Bravo. Los cadáveres fueron descubiertos al amanecer por automovilistas que transitaban por ahí. “Sé que mis declaraciones van a causar polémica”, aceptó, eligiendo cuidadosamente sus palabras. “Ya no queremos más guerra. Y esto lo digo para todos los grupos, no sólo para uno: no queremos violencia, queremos paz social”.

3)  Delia Quiroa busca a su hermano Roberto desde que fue secuestrado en Reynosa el 10 de marzo de 2014. Ella forma parte del colectivo Nosotras, una organización que trata de localizar a centenares de personas desaparecidas en el estado. Quiroa tiene información que indica que su hermano murió en un enfrentamiento entre los delincuentes que lo tenían retenido y otro grupo armado. Los indicios de la carpeta de investigación llevan a La Bartolina, un sitio de cremación clandestina, cerca de Matamoros, donde los criminales se han deshecho de decenas de cadáveres y donde podrían estar los restos de Roberto. Como ingresar en ese sitio es peligroso, Delia pidió la ayuda de la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Gobernación. Al no recibir respuesta, recurrió a una medida desesperada: grabar un mensaje dirigido al líder de Los Ciclones, facción del Cártel de Golfo, para que les permita a ella y a sus compañeras buscar en La Bartolina sin ser agredidas.

4)  Las continuas agresiones de la banda de Los Ciriles –traficantes de drogas, armas y personas– llevaron a habitantes del municipio de Pantelhó, Chiapas, a formar el grupo de autodefensa El Machete. Después de exhibir públicamente sus armas, éste emplazó al Ejército y a la Guardia Nacional a catear las casas de presuntos integrantes del grupo delictivo. Al no tener la orden de un juez, los militares se retiraron. Entonces, el 27 de julio, los integrantes de El Machete quemaron las casas señaladas. La tensión ha crecido en esa parte de la región de Los Altos, donde la Iglesia –igual que sucede en Aguililla, Michoacán– ha intercedido entre las autoridades federales y estatales y los ciudadanos hartos de la violencia, mediante una mesa de negociación.

La constante de estos temas es la ausencia del Estado, que va perdiendo presencia mientras las encuestas muestran que la inseguridad es la principal preocupación de los mexicanos.

 

 

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