Viva la vida

Vive la vida con quien te dé la vida.

                Frida Kahlo

Vivir significa tener vida, según la Real Academia de la Lengua Española es fuerza o actividad esencial mediante la que obra el ser que la posee, es la energía, la existencia en un tiempo y lugar determinado, es quien da vida y elige la manera de vivirla, es la vitalidad, la viveza, es la conservación y es, incluso, así se señala… la existencia después de la muerte.

La vida es y será lo mejor que tenemos, habrá quienes lo hayan comprendido siempre, o quienes lo hayan descubierto con el tiempo y habrá otros también, que aún no se hayan tomado el tiempo de hacer esa valoración. Y lo que retribuye que la vida sea lo mejor que tenemos son las decisiones y las elecciones que hacemos al respecto de cómo vivirla.

Habrá quien valore vivir, quien sólo valore la vida y quien valore la vida y cómo vivirla… y habrá también quien no valore nada, ni la vida ni vivirla, la diferencia radica primordialmente en quiénes reflexionan, analizan, priorizan y eligen sobre su vida y su destino y quienes no lo hacen, y en su lugar eligen sólo vivir, sólo estar, sólo existir, independientemente de la atención que le presten al aquí y al ahora, porque los hay, que viven sólo viviendo sin saber que su vida es significativa y tiene si ellos así lo eligiesen, un significado modificador y transformador para sí mismos y para los demás.

Vivir la vida se trata de estar en ella, de sentirla, de experimentar, de aprender de nosotros mismos, de los demás, de permanecer, de mantener, de aguantar las caídas, de disfrutar los horizontes de las victorias, de reír, de llorar, de compartir… cada uno construye el valor que tiene su vida a través de lo que elige vivir o de cómo elige vivirlo, el significado que le da, la manera en la que define sus prioridades, el estilo que le imprime a sus vivencias, el talante y el carácter con el que decide y forja su presente y su futuro, en su capacidad de adaptarse a los cambios, a lo nuevo e, incluso, a lo que parece permanecer inamovible; y sobre todo en la tenacidad y fortaleza con la que se hace resiliente y supera los obstáculos, el pasado, los errores, las carencias, las pérdidas y las vueltas repentinas que da la vida.

Uno es la suma coherente o no, de acuerdo con lo que elige pensar, sentir y actuar; uno es lo que hace, lo que dice, lo que calla, lo que promete, lo que firma, lo que razona, lo que inspira. Y eso es la vida de cada uno, un pequeño mundo que se hila a otros pequeños mundos, todos igualmente valiosos, únicos y absolutamente necesarios.

Por eso hoy le invito a darle el valor y el significado que su vida merece, a amar este presente que le construye y a aprovecharlo a máximo cada día, porque sólo es cuestión de instantes… disfrútelos, afróntelos, supérelos y siga adelante.

Y recuerde, que todo pasa, deje de postergar, deje de soportar, deje de cederle un día más a la falta de motivación, administre inteligentemente sus tristezas, haga proezas con su felicidad, alimente su ánimo, su voluntad y esfuércese cada día en aquellas cosas que le son prioritarias, disminuya sus cargas, aligere su paso, mire a su alrededor, respire más profundo, descanse, coma lo que le haga bien, ejercítese, mantenga su mente ocupada, ame, ría, hable y escuche desde el corazón y filtre sus emociones, deshágase de lo que ya no tiene una razón en su vida y rodéese de personas que le hagan mejor y que le permitan ser quien es y aspirar a sueños y deseos mayores.

Viva, viva y viva… pierda sus miedos, rétese, acéptese y haga de su vida el mejor lugar, ése que le dé todo lo que usted necesita y desea. Como siempre, usted elige.

¡Felices vidas, felices significados!