Propósitos V. Mindfulness

Las personas que desean controlarlo todo lo hacen porque no pueden controlarse a sí mismas

El que no tiene un plan es esclavo de lo inmediato.

                Dra. Marian Rojas Estapé

El cumplimiento exitoso de nuestros propósitos requiere de un cambio de pensamiento. Los cambios de pensamiento se trabajan a partir del conocimiento de uno mismo, de la aceptación y también del abandono. De aceptar quiénes somos, nuestras fortalezas y limitaciones, del abandono del control y de nuestras propias esclavitudes. No se triunfa en la vida por no tener defectos o equivocaciones, sino por aprender a potenciar las facultades, habilidades, aptitudes y fortalezas que tengamos.

Una vida bien vivida requiere reflexión, conocimiento, trabajo, esfuerzo y un altísimo sentido del humor. Pero, sobre todo, requiere ganas de vivir, los cambios de pensamiento surgen ahí, en la combinación armónica de quiénes somos, qué queremos y qué estamos dispuestos a hacer por ello, y en la capacidad que tengamos de alinear el conocimiento, la voluntad, la pasión y, por supuesto, un proyecto de vida personal.

Y subrayo personal, porque los seres humanos tienen esa tendencia innata a querer controlarlo todo, el control es la incapacidad de poder fluir, de confiar en nosotros mismos y en quienes somos y lo que hacemos, pero, sobre todo, es la incapacidad de poder fluir en la vida, sin prejuzgar, sin estar a la defensiva y generalizando a las personas y a lo que sucede. No fluyen aquellos que categorizan de forma permanente, ésos que esperan preverlo todo, saberlo todo, esos que se instalan en lo aprendido del pasado y actúan desde ese lugar en su presente, esos que viven el presente ansiosos y estresados por el futuro.

Las personas que desean controlarlo todo lo hacen porque no pueden controlarse a sí mismas. Y quien no puede fluir en la vida se forma un panorama único, donde todo y todos deben estar sujetos a sus parámetros personales, así simplemente no pueden ver ni disfrutar de las oportunidades que tienen frente a sí mismos, su cuadratura no les permite ver más allá de su soberbia. Los propósitos muchas veces no se cumplen porque esperamos que otros se alineen a nuestros propios deseos… las metas no funcionan así, los propósitos y la vida tampoco.

Las metas o los propósitos que tengamos requieren de apertura, de acallar la mente, de superarnos a nosotros mismos, de confiar en quienes somos y del punto en el que estamos para saber a dónde, individualmente, queremos llegar. Los buenos propósitos se sustentan en el trascender, en vivir mejor y más felices.

El mindfulness nos ayuda a eso, a trascender, a escucharnos a nosotros mismos, a reflexionar sobre quiénes somos y quiénes queremos llegar a ser, se trata de acallar esas voces internas persuasivas que nos incitan al control, a estar en todo estando conscientemente en nada; ésas que nos provocan a seguir haciendo las cosas de la misma manera esperando diferentes resultados, ésas tajantes, limitadas e insanas.

Mindfulness significa atención plena en el momento presente. Es la capacidad de observar intencionada y atentamente nuestra conciencia. Es aprender a ser selectivo con nuestros pensamientos, a elegir la forma en que nos hablamos a nosotros mismos, es saber seleccionar lo que nos hace bien y lo que no, es sobre todo reflexionar sobre aquellas conductas y hábitos que nos limitan y nos prohíben ver un nuevo horizonte.

Podemos empezar por respirar y visualizar lo que nos planteamos sin ningún juicio, crítica o previsión de desenlace, sólo viendo la oportunidad que está frente a nosotros. Oportunidad de crecimiento y apertura: cómo puedo ser mejor frente a esto que me sucede, cómo puedo aprovechar para mi crecimiento personal esta situación, qué podría modificar en mí para resolverlo…

Por eso, hoy le invito a tomarse un respiro, a comprender que sus propósitos y su vida tienen muchos ángulos que merecen su atención, que el pasado no puede cambiarse, que el futuro es imprevisible y que lo único que tenemos hoy es nuestro presente… disfrútelo. Como siempre usted elige.

¡Felices propósitos, felices vidas!

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