Lo selectivo VI. El siguiente paso…
El desapego es una actitud que nos permite vincularnos de forma sana, no dependiente, con personas o cosas.
No hay mejor medida de lo que una persona es
que lo que hace cuando tiene completa libertad de elegir.
William M. Bulger
El mayor poder que tenemos los seres humanos es la elección. Ese poder sólo depende de la voluntad, pero sobre todo de una visión clara sobre nosotros mismos y lo que nos es importante en la vida. El poder de elección no admite ni tibiezas ni justificaciones, admite sólo y, a veces, alguna aclaración, pero nada más. No podemos controlar lo que nos sucede en la vida, pero siempre podemos elegir qué hacer con ello. Ése es el poder de elección: el poder del siguiente paso.
No, no siempre nos sentimos preparados para ese siguiente paso, y quizá ni siquiera lo hayamos podido ni imaginar ni plantear jamás, es posible incluso que no podamos ni descifrar lo que esa situación nos hace sentir, o controlar lo que nuestra mente nos dice o aquello a lo que nuestros impulsos más primarios invitan… Y suspendidos en ese impasse de desconocimiento, intentando ordenar lo que nos es propio, aun así, debemos elegir. Requiere, ante todo, tres elecciones: la intención, el autocontrol y el desapego. Las tres dependen de la capacidad que tengamos de conocernos a nosotros mismos y también de la confianza que estemos dispuestos a profesar por ese conocimiento.
La intención es el propósito o la voluntad de ese siguiente paso, es la razón de ser de lo que hacemos, el para qué; el autocontrol es tomar el control de uno mismo, de nuestros comportamientos, sentimientos y pensamientos, implica retrasar la gratificación inmediata, haciendo conscientes nuestros objetivos a largo plazo. Atención: el autocontrol funciona como un termostato que mantiene el equilibrio y la estabilidad, sin embargo, es un recurso limitado que puede agotarse. El desapego es una actitud que nos permite vincularnos de forma sana, no dependiente, con personas o cosas, la clave está en la aceptación del cambio permanente, es decir, saber abrazar la incertidumbre. Las elecciones, los siguientes pasos nos determinan en la vida, no así lo que nos sucede, por eso es tan importante visualizar el futuro de esa decisión y las consecuencias que tendrá en nuestra vida.
Lo cierto es, que, a pesar de no sentirnos preparados para lo que tenemos delante, le diré que lo está, o que en algún momento del proceso estará, y se lo digo porque su cerebro tiene esa maravilla que la ciencia llama neuroplasticidad, es decir la capacidad de imbricar las conexiones neuronales, desde el establecimiento de nuevas conexiones entre las células a los fenómenos de adaptación del cerebro a los cambios, circunstancias y desafíos.
Ahora bien, diariamente, esculpimos nuestro cerebro en tiempo real según aquello a lo que decidimos prestarle atención. Por eso es tan importante el enfoque en lo positivo, en aquellas acciones que le permitan mantener el equilibrio mental, los buenos hábitos, la disciplina para salir de las zonas de confort y, sobre todo, dicen los expertos, vivir el presente, esto implica gestionar diariamente nuestra vida y lo que en ella es importante. Podemos elegir, no elegir, elegir mal o hacerlo lo mejor que podemos, sin embargo, hay que elegir antes de que sea un tercero o las propias circunstancias las que elijan por nosotros o el tiempo de esa circunstancia nos niegue la oportunidad de hacerlo nosotros mismos.
Por eso, hoy le invito a ser selectivo y elegir sobre su vida, porque esas elecciones y las acciones que traigan consigo serán lo que le marque y le determine, y no importa si se equivoca, siempre es mejor aprender la lección que seguir atrincherado a las sombras de un hubiera. Y olvide el miedo, la mayoría de las elecciones importantes de su vida las hará a pesar de él. Elija y siga adelante y confíe, lo sienta o no, esté preparado. Como siempre, usted elige. ¡Felices selecciones, felices vidas!
