Declaraciones V. Dadirri

Dadirries una palabra, un concepto y una práctica espiritual que se conoce como la escucha interior, profunda y tranquila, y aun alerta.

El silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de los ruidos.

Miles Davis

 

La paz mental se ha convertido en un lujo, cuando es simplemente una elección personal. O permite que la vorágine de una sociedad convulsa se imponga y nos aplaste con su ritmo desenfrenado, o se elige uno a sí mismo y a lo que le es prioritario. Todos pueden estar a una declaración de hacerlo… La importancia de las declaraciones radica en la capacidad que tienen para modificar nuestra realidad, generando nuevos compromisos y permitiéndonos asumir el poder y la autoridad que conllevan nuestras decisiones y, además, exigen de nosotros actuar en consonancia con ellas y reprogramar nuestro pensamiento hacia nuevos objetivos. La tribu Ngangikurungkurr del norte de Australia, expresa una de sus mayores declaraciones de vida a través de la palabra dadirri. Si bien se dice que la palabra se traduce en un concepto de estar en paz con uno mismo, con los demás y con la naturaleza, esto es más el resultado de dicha declaración que una traducción literal.

De acuerdo con Miriam-Rose Ungunmerr –activista de esta tribu y fundadora de Miriam Rose Foundation, enfocada a la educación y desarrollo de oportunidades para los niños aborígenes–, dadirri es una palabra, un concepto y una práctica espiritual que se conoce como la escucha interior, profunda y tranquila, y aun alerta. Es una forma de ser y estar donde prima el respeto absoluto por el tiempo natural de las cosas, la contemplación; el estar en silencio y escuchar sin juicios, sólo con la intención de observar, aprender, conectar, compartir, y así comprender y celebrar la vida de manera consciente. Tiene que ver con el valor del presente, y la confianza de que todo llega cuando debe llegar y ese tiempo es perfecto, por eso dadirri es también la quietud tranquila y la espera. Son dueños cada uno del tiempo, de sus propios procesos, así como la naturaleza misma y eligen dar el tiempo a cada cosa para que todo se dé, de manera correcta y adecuada. Dadirri es la sabiduría de ese tiempo paciente, enfocado, consciente, que trae paz y entendimiento, que comprende que se debe fluir como lo hacen los ríos, y que la mayor reflexión es aprovechar la fuente profunda de conocimiento que está dentro de nosotros.

Por eso hoy le invito a tomar de dadirri aquellas declaraciones que puedan mejorar su calidad de vida. Subrayo la importancia de lo que en coaching llamamos escucha activa: escuchar sin juicios a nosotros mismos y a los demás. Dejemos de escuchar pensando lo que vamos a responder y aprendamos a escuchar para comprender la visión y la realidad del otro; no debe de ser un ejercicio de defensa, sino de unión. Importante es, también, el respeto de los tiempos de cada uno en sus procesos y del tiempo natural de las cosas; y por último, el poder del silencio, de la calma y la quietud.

La paz mental créame, es lo más cercano a la felicidad y a la plenitud que existe, priorice y resuelva con exactitud, la celeridad no permite reflexión ni consciencia, y tampoco permite hacer lo que debemos hacer ni lo que nos debemos a nosotros mismos de manera correcta. Que no se le vaya el presente viviendo en un pasado inalterable y en un futuro incierto. Lo que sucede en el presente tiene un afán perfecto para estar en él, porque éste es exactamente su momento, disfrútelo y aprovéchelo al máximo.

La paz mental no asegura que las vicisitudes desaparezcan; sin embargo, le permitirá resolverlas de mejor manera, es a través de ellas que accedemos a la serenidad, al equilibrio, a la templanza y, sobre todo, al control y calma de nuestra propia vida y lo que decidamos hacer con ella. La vida no permite tantos ensayos ni otorga tantas oportunidades, ni siquiera las merece… su vida merece que elija un sello personal y actúe en consecuencia, que esté presente, consciente, con el pensamiento y el corazón claros, con los objetivos bien planteados, con el enfoque que le dé a usted el bienestar que desea para vivirse al máximo y dar lo mejor… no ceda ese privilegio a nadie. Como siempre, usted elige.

¡Felices declaraciones, felices vidas!

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