Declaraciones IV. Hygge

Significa bienestar, sin embargo, va más allá...

La felicidad humana generalmente

no se logra con grandes golpes de suerte,

que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

Benjamin Franklin

En el año 2012, un informe publicado por Naciones Unidas calificó a Dinamarca como el país más feliz del mundo. La sociedad danesa se convertía así en objeto de estudio, interés y fascinación. La clave de esa declaración internacional se encerraba en una sola palabra: hygge.

Hygge significa, técnicamente, bienestar, sin embargo, su significado va más allá. Hygge se relaciona con la felicidad detrás de las cosas simples, cómodas, sencillas, ésas que se comparten y benefician a todos, en el trato, en los acuerdos, en los espacios, en los alimentos, en las texturas, en el tiempo que decidimos… En el cómo y en el para qué. Es volver a lo básico, al origen, al calor de hogar, a las buenas compañías, a las pláticas profundas, al ser y estar de manera orgánica, sensible, cálida y confortable.

Hygge se trata, finalmente, de vivir el presente con una intención clara de aprecio y agradecimiento hacia todo lo que nos ofrece cada día, priorizando en todo momento aquellos instantes que nos permiten crear nuevas experiencias e hilar una historia sólida con nosotros mismos y con los demás. Hygge es todo lo opuesto a lo artificial, a lo falso, recargado o complicado en su forma de ser y de existir; en su lugar se busca lo natural, lo equilibrado, lo ecológico, lo sustentable y, sobre todo, lo humano. Es también la elección del individuo social integrado y no del individualista egocéntrico que busca pertenecer, no se trata tampoco de hordas humanas identitarias copiadas unas de otras, sino de la armonía, el respeto y el enriquecimiento en las diferencias.

Hygge es la filosofía de vida donde se siente la vida y se prioriza lo que nos hace bien y hace bien a nuestro entorno. Y podría parecer algo meramente inalcanzable o un tanto surrealista, sin embargo, cabe recordar que la vida la hace uno mismo, es uno quien elige sus focos de atención, sus prioridades, es uno quien decide lo que le hace o no le hace bien, cómo responde a las circunstancias, cómo se resuelve a sí mismo y con qué y quiénes elige estar cada día. La felicidad no depende de nada ni de nadie, sólo de uno mismo, de la actitud y voluntad que invierta diariamente en ese cometido, nuestro bienestar corre la misma suerte.

El bienestar es el conjunto de factores que intervienen en nuestra calidad de vida y su unidad nos genera satisfacción, es el estado del ser humano donde se hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica. El coaching se dedica, básicamente, a crear planes realistas que nos permitan cumplir con nuestros objetivos y alcanzar metas claras y precisas que nos permitan tener una mejor calidad de vida, es decir, que nos permitan abrazar ese bienestar y hacerlo sostenible en el tiempo. Las declaraciones son las determinaciones que impulsan esos cambios que nuestra vida requiere.

Por eso hoy le invito a recordar esta palabra y comprender que la felicidad y el bienestar es algo que se construye y se descubre todos los días en esos pequeños satisfactores elegidos que le dan sentido a nuestra existencia; en esos pequeños grandes detalles que describen el valor, la belleza y la dicha de estar vivos y cómodos en nuestra propia piel.

Hágalo, deténgase a apreciar lo que ve y siente, baje el ritmo, reste importancia a lo que no la tiene, focalice su atención en lo bueno, relaciónese de manera sana consigo mismo, con los demás y con los entornos; edúquese en la práctica del respeto, la compasión, la comprensión y el entendimiento, supere las dificultades, seleccione sus mejores lecciones, permanezca abierto, sensible, flexible y humano. Deje de lado las complicaciones absurdas y voluntarias, decline lo tóxico, lo negativo, lo rápido, lo desproporcionado y lo intrascendente. Disfrute la vida, no habrá un día más como hoy ni tampoco volverá a ser tan joven, escuche su interior y actúe en consecuencia, la vida es una y es ahora. Créame, no todo es tan importante, todo pasa y, al final del día, no todo tiene el mismo valor ni significado si ha sabido elegir con sabiduría lo que le hace bien y mejor. Como siempre, usted elige.

¡Felices declaraciones, felices vidas!

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