Contracorriente III. Parar
Parar no es sólo interrumpir, impedir, frenar o demorar, también es prevenir y preparar.Sólo podrás conocer la fuerza de un vientotratando de caminar contra él, no dejándote llevar. Clive Staples Lewis Se sorprendería de todas las definiciones que se pueden ...
- Parar no es sólo interrumpir, impedir, frenar o demorar, también es prevenir y preparar.
Sólo podrás conocer la fuerza de un viento
tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.
Clive Staples Lewis
Se sorprendería de todas las definiciones que se pueden encontrar sobre el verbo parar. Parar abarca desde detenerse hasta plantarse con las ideas absolutamente claras e ir a contracorriente. Parar no es sólo interrumpir, impedir, frenar o demorar, también es prevenir y preparar, también es dejar de ser o hacer, incluso es ordenar, mandar y disponer… parar es la acción que destruye el tan temido hubiera, parar es el espacio y el tiempo que elegimos darnos para recalcular, redimensionar, reinventar y, sobre todas las cosas, parar es el inicio del cambio.
Llegar a ser lo que aspiramos a ser, significa muchas más renuncias que libertades. Ésta es una de las cuestiones que más suele impactar en uno mismo al momento de emprender el camino de una verdadera transformación. Nadie espera que la autenticidad traiga consigo un desmantelamiento tan profundo de aquello que creímos ser. Lo cierto es que hay que exprimir la esencia, eliminar las impurezas, reconfigurar la complejidad propia de cada uno y unir —con cierto talento y pasión— eso que somos en estado puro con aquello que nos hace sentir vivos, y darnos un sentido de pertenencia y transcendencia.
La inmediatez a la que muchos se esclavizan ha puesto en tela de juicio el parar, la inmediatez juzga con cierta severidad el hacerlo, quizá porque la celeridad impide la reflexión, el análisis y, por supuesto, la manifestación de la esencia de cada uno, la inmediatez es amiga de las masas, no de las libertades, no de las mentes emancipadas. Los cambios profundos tampoco son amigos de la inmediatez, las verdaderas transformaciones toman su tiempo y exigen parar. Y el parar es el inicio de la cadena de renuncias que se necesitan para llegar a ser aquello a lo que aspiramos, que es, sin lugar a duda, el ir a contracorriente de lo que tenemos y no nos pertenece.
¿Se ha puesto a pensar en todas las conductas, las ideas, las emociones, los pensamientos, los razonamientos e, incluso, las acciones que no le pertenecen?, ¿se ha cuestionado el sinfín de creencias que, con los años, ha venido asumiendo y que no tienen ninguna explicación de peso con base a su experiencia o sus conocimientos?, ¿se ha puesto a pensar por qué se cierra a nuevas ideas o por qué participa de otras que ni siquiera comprende con claridad? Pues bien, eso es sólo uno de los ejemplos básicos que requieren de nosotros parar e imponer una firme renuncia.
Sí, la autenticidad requiere que renunciemos a ser, a hacer, a pensar, a sentir e, incluso, a razonar como lo hacíamos antes, se trata de empezar a asumir con absoluta conciencia y responsabilidad nuestras elecciones, decisiones y nuevas acciones. No se puede ir por la vida con una verdad que se tambalea sobre nosotros mismos, lo que somos, quienes somos, debe de ser lo más preciso que tengamos en la vida, y nuestro propio ser no puede estar construido a partir de medias verdades, de creencias arraigadas o de ideas adquiridas a partir de otros o de lo que los demás creen o consideran. Uno es lo que decide ser y cómo decide conducirse en la vida y a veces, muchas veces, ésa es la primera batalla a contracorriente que debemos librar.
Por eso hoy le invito a parar, a tomarse un respiro, a dejar de ser rehén de la inmediatez, a concluir las pláticas difíciles, a frenar los pensamientos intrusivos e innecesarios, a sucumbir ante los hábitos que le destruyen, a cesar las relaciones de cualquier naturaleza que impidan su felicidad y, por supuesto, a pararse de frente a usted y darse el tiempo y la atención que merece y necesita para ser y hacer lo que siempre ha querido de manera genuina y honesta… Créame, a nadie le interesa más que a usted lo que sea de su vida, sólo usted sabe lo que se siente vivir su vida siendo quien es, y eso lo es todo. Ésa es la verdadera experiencia de vivir, la suya, la que recuerda, la que construye, por la que trabaja, por la que lucha, por la que se esfuerza, por la que es y le representa… Pare si siente que debe parar porque, al hacerlo, tiene esa única oportunidad de elegirse de nuevo y liberarse. Como siempre, usted elige.
¡Feliz contracorriente, feliz vida!
