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Inclusión financiera ante el covid-19 en México

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Jose A. Bohón* Jose R. Balmori**

La pandemia causada por el virus conocido como covid-19 ha traído una serie de claroscuros en materia de inclusión financiera en México. Nuestro país ocupa un lugar poco decoroso en cuanto a inclusión financiera se refiere, en comparación con otras economías de la región.

Esto ha motivado a las autoridades financieras a plantearse una serie de metas para democratizar y expandir los servicios financieros a todos los mexicanos. A continuación, hacemos un análisis de los avances y retrocesos que la pandemia ha traído en materia de inclusión respecto a esta área de la economía.

De acuerdo con el reporte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) sobre el Panorama Anual de Inclusión Financiera 2021 (con datos al cierre del 2020), el mayor incremento durante la pandemia se presentó en la sumatoria de las terminales punto de venta (TPV), las Entidades de Ahorro y Crédito Popular (EACP) y los agregadores (corresponsales), con un aumento del 26 por ciento.

Específicamente, se alcanzó un total de 4.1 millones de puntos físicos para realizar operaciones financieras. Por otro lado, los cajeros automáticos (ATM) tuvieron un avance más discreto de tan sólo 2.5%, ascendiendo a 59 mil415 cajeros en todo el país.

En cuanto a género refiere, los datos muestran que hay más mujeres con cuentas de captación y con créditos de las EACP. Asimismo, hay más hombres que cuentan con créditos hipotecarios y tarjetas de crédito bancarias.

En lo que se refiere al ecosistema de pagos, el número de transacciones y transferencias electrónicas per cápita pasó de 37 en el 2018 a 44 en el 2020. Esto nos habla de un incremento anual promedio de 4 por ciento. De mantenerse esta tendencia, la meta establecida para la cantidad de transacciones electrónicas se lograría en los siguientes seis meses de este año.

Según la Política Nacional de Inclusión Financiera, los indicadores que se vieron más afectados por la pandemia fueron el número de contratos de crédito, el cual sufrió un decremento del 9% en el 2020, cuando a mediados de marzo, la pandemia frenó la actividad económica.

De igual manera, las cuentas de las afores retrocedieron su ritmo de crecimiento en un 34%, quedando con una expansión marginal igual a 2%. Finalmente, el número de transacciones que se llevaron a cabo en TPV pasaron de crecer 14% en el 2019 a sólo 4% en el 2020.

En cuanto al número de sucursales por cada 10 mil habitantes, continuamos por debajo de otros países de la región tales como Brasil, Honduras y Colombia. De igual manera, en lo que concierne a corresponsales que incluyen a las cadenas de conveniencia, seguimos estando por debajo de Colombia, Perú y Brasil. En cuanto a los ATMs también seguimos rankeados por debajo de Perú y Brasil; mientras que, en TPV, por debajo de Brasil y Argentina.

Para poder alcanzar las metas propuestas por el sector financiero, será necesario dar un golpe de timón, ya que, de continuar las tendencias, no será posible cumplir con el Plan Nacional de Inclusión Financiera.

Esto es preocupante ya que en el comparativo con el resto de las economías de América Latina no se ha avanzado. En esa comparación con iguales es donde podemos ver el verdadero retraso que esta pandemia ha propinado a nuestro país en cuanto a inclusión financiera respecta.

 

*Académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.
**Director de los programas de licenciatura de la  Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.

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