El Chapo: las omisiones del Cisen

Para tratar de entender la increíble fuga de El Chapo Guzmán de El Altiplano hay un factor fundamental: la actuación del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, a cargo de Eugenio Ímaz. ¿Hubo negligencia e irresponsabilidad del Cisen durante la evasión? Todo apunta a que así fue.

Aquí los hechos:

Tras la captura de Guzmán Loera en febrero de 2014, el Cisen instaló su propio centro de operaciones dentro de El Altiplano para monitorear al criminal más poderoso, importante y célebre del país. Las pantallas de vigilancia que controlaba el Cisen, además de la imagen, también tenían sonido.

(Este factor es importante debido a que el Centro de Monitoreo que todos conocimos, a través del video divulgado la semana pasada durante el noticiero de Carlos Loret de Mola, nos muestra a funcionarios y operadores del penal que, efectivamente, ven imágenes de las celdas, pero lo que hoy podemos confirmar es que en esa área se carece de sonido sobre lo que ocurre en el interior).

Aún más: el Cisen —en uno de los absurdos históricos que rodean la leyenda de El Chapo Guzmán— ordenó que al reo de la celda 20 se le colocara un brazalete en el tobillo para, supuestamente, tenerle ubicado las 24 horas. Pero los genios de la seguridad nacional olvidaron un pequeño detalle: dentro de El Altiplano, cualquier señal se bloquea de inmediato. Así, el brazalete quedó inutilizado.

Allí empezaron los errores —por llamarlos de alguna manera— del Cisen con Guzmán Loera.

Con pantallas propias con imagen y sonido, el Cisen pudo captar todo lo que ocurría dentro de la celda que ocupaba El Chapo Guzmán. Grave: nada hizo cuando, ellos sí, escucharon los golpes de martillo la noche del pasado sábado 11 de julio dentro de la prisión. Gravísimo: que nada hicieron cuando vieron que El Chapo se fugaba.

(Los custodios llegaron a la celda 26 minutos después de que Guzmán Loera se había evadido por el hoyo de la regadera).

Literalmente, el Cisen vio y escuchó todo. Nada hizo.

Aún más:

Inteligencia de la Policía Federal también tenía acceso al monitoreo del penal del Altiplano, ya que sus pantallas están conectadas a las cámaras de las prisiones de máxima seguridad del país. Su titular, Ramón Pequeño García, fue destituido tras la fuga de El Chapo.

Aquí caben unas preguntas: ¿por qué no se le detuvo? ¿Por qué no es investigado? ¿Por qué está libre?

Juntando piezas del rompecabezas, hoy podemos concluir: todos, absolutamente todos, vieron que El Chapo Guzmán se fugaba, y se cruzaron de brazos.

Vieron la fuga en el Centro de Monitoreo interno del penal de El Altiplano. Nada hicieron.

Vieron la fuga y escucharon los golpes de martillo los responsables del Cisen. Nada hicieron.

Vieron la fuga en Inteligencia de la Policía Federal. Nada hicieron.

Ahora nos salen con que El Chapo Guzmán está “herido” de una pierna y el rostro, tras un enfrentamiento con un grupo de élite de la Marina.

Primero: si no lo pudieron detener, ¿entonces los sicarios de El Chapo Guzmán están mejor preparados que los marinos expertos en esos lances?

Segundo: déjenme ser malpensado: si El Chapo está “herido” en el rostro, ¿se hará cirugía y después saldrán con que está muerto, pero que el cadáver no se parece por la reconstrucción facial que se hizo tras la lesión? ¿Igual que El Señor de los Cielos?

El Chapo y la leyenda.

ARCHIVO CONFIDENCIAL

SECUESTROS. Sólo durante septiembre se registraron 189 secuestros en México. Seis diarios, reveló ayer la organización Alto al Secuestro, dirigida por la valiente Isabel Miranda de Wallace. Los plagios repuntan. Sigue el miedo.

                                TW: @_martinmoreno

                FB /Martin Moreno