Un don excepcional
Después de unos días de descanso, me reincorporo a este espacio para comentar el más reciente estreno de 20th Century Fox. Se trata de una historia familiar, bien contada y sin pretensiones que, aunque cae en clichés del género y le coquetea al melodrama, sí atrapa el ...
Después de unos días de descanso, me reincorporo a este espacio para comentar el más reciente estreno de 20th Century Fox. Se trata de una historia familiar, bien contada y sin pretensiones que, aunque cae en clichés del género y le coquetea al melodrama, sí atrapa el interés de los espectadores. Un don excepcional (Gifted-Dotada, Estados Unidos, 2017) está escrita por Tom Flynn y dirigida por Mark Webb, que debutó en 2009 con una muy buena comedia romántica titulada 500 días con ella.
En esta ocasión nos acerca a Frank, un hombre gris, que lleva una vida austera con los ingresos que le permite su trabajo arreglando lanchas. Chris Evans se despoja del traje y la glamorosa imagen como el Capitán América para interpretar a un joven de buen corazón que vive dedicado a su sobrina Mary, de siete años (Mckenna Grace), que es una niña superdotada con una mente matemática excepcional.
Después de pensarlo mucho Frank decide inscribir a Mary en una escuela regular con niños de su edad, pues tiene interés en que la pequeña lleve una vida normal y no siga aislada del mundo. Su vecina Roberta, interpretada por la sobrevalorada actriz Octavia Spencer, se opone a la decisión porque considera que Mary va a sobresalir en su grupo y Frank podría llegar incluso a perderla.
No le falta la razón a Roberta y a los pocos días sucede lo que se temía y, con ello, vamos conociendo más detalles del pasado de la familia que van explicando por qué él cuida a Mary, qué sucedió con la mamá, hermana de Frank, y aparecerá una figura antagónica, la propia abuela de Mary y mamá de Frank, interpretada por la actriz escocesa Lindsay Vere Duncan, quien entablará una batalla campal por la custodia de su nieta.
El tema en Un don excepcional es la disyuntiva en que Frank se encuentra entre hacer que una niña superdotada sacrifique su infancia y lleve una vida de estudio en que se exploten sus capacidades y conviva con sus pares intelectuales, o que se le permita vivir como una niña común, jugar, ver la televisión y tener amigos de su edad, lo que, sin duda, implicaría el desperdicio de su enorme potencial.
Hay muchos ejemplos de estas historias en el cine, pero Un don excepcional tiene algunas virtudes de la cuales la principal es la química que se tejió entre Chris Evans y Mckenna Grace, quienes funcionan bien en la pantalla como un padre e hija amorosos que no quieren separarse; sus interpretaciones son muy creíbles y motivan la conexión con el espectador. Evans hace un trabajo de contención, rara vez sonríe, y a la vez expresa una gama de emociones. Mckenna Grace es una gran selección para dar vida a Mary. También muy bien en el reparto está Lindsay Vere Duncan, quien es la abuela que actúa por “el bien” de su nieta, pero muy en el fondo está atormentada por sentimientos de culpa.
Un don excepcional es una película recomendable dentro del género, contada con mucha emotividad.
