Conjunto bicéfalo

• El espacio público es un espejo de nuestro tiempo y refleja las capas de historia con los símbolos que ostenta, retira y descarta

El espacio público es la geografía sin fronteras que construye el imaginario de un presente. Su idea es la suma de parques, vestigios, baches, glorietas, grafitis y de expresiones efímeras que conceden la misma dignidad a carnavales y protestas. Es, en esencia, un espejo de nuestro tiempo que refleja las capas de historia con los símbolos que ostenta, retira y descarta, como ya le sucedió al conjunto de Cristóbal Colón, parcialmente retirado del Paseo de la Reforma en 2020 (falta su basamento), que próximamente será reubicado en el Museo Nacional del Virreinato, en Tepotzotlán, sin existir una argumentación históricamente sustentada.

A esto se sumará, en los próximos días, la creación de un consejo consultivo temporal —integrado por representantes del INAH, Seduvi y Sobse, asesores de Icomos México e instituciones académicas y organizaciones ciudadanas— que definirá el “proyecto de espacio público y paisaje urbano” para hallar a toda costa la convivencia equilibrada entre La Joven de Amajac y la figura conocida como Antimonumenta Justicia, como acordaron ya los integrantes del Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México (Comaep).

El Comaep, desde hace dos meses, determinó que ambos monumentos podrán convivir, aunque el mayor reto, por ahora, es la falta de armonía entre las esculturas o eso que los expertos han llamado la carencia de “dialéctica entre ambos elementos”, pues mientras la réplica de La Joven de Amajac mide cinco metros de altura (aparte su basamento) y tendrá un peso de 10 toneladas (Excélsior 15/08/2022), Justicia es la silueta de una mujer con el puño en alto, de color morado, que no alcanza los dos metros de altura.

Los expertos del Comaep sugirieron encontrar algún otro elemento que condense los conceptos de justicia, democracia, libertad e igualdad que representa la Antimonumenta, pero se han inclinado más por la posibilidad de que la Justicia iguale en tamaño y en color a La Joven de Amajac, a fin de lograr el equilibrio de este conjunto bicéfalo que reescribirá parte nuestra identidad en la glorieta, pero no será fácil conciliar todas

las voces.

ACERVO ESTANCADO

Fue un acierto la creación del Repositorio del Centro de la Imagen. Colecciones en línea, anunciado en junio de 2022, el cual arrancó con 143 fotografías de Mariana Yampolsky que cuentan con el Registro Internacional de la Memoria del Mundo de la Unesco y que es posible visitar en el siguiente enlace: repositorio.ci.cultura.gob.mx.

El trabajo de Yampolsky, lo sabemos, tiene la capacidad de transportarnos a esos paisajes perdidos del siglo XX y de conectarnos con fragmentos de la ritualidad indígena. Así que mediante un simple clic es posible hallar personajes imborrables como el Niño pulquero (1979) y La doncella y el toro (1992), quienes develan cierta inocencia y un destello de crítica social.

También aparecen algunas de sus fabulaciones, capturadas en La creación (1997) y La pisada del ángel (1990); y sus exploraciones de la forma, como en Maguey rizado (1989) y Peldaños helicoidales (1996). Hasta aquí todo bien.

Tres meses después de aquel feliz lanzamiento, Johan Trujillo, directora del Centro de la Imagen, me comentó que este repositorio no sólo era un anhelo desde hace una década, sino que también formaría parte del esfuerzo para digitalizar y catalogar su acervo, compuesto por más de 13 mil imágenes. Incluso, habló de que pronto se pondría en línea parte del fondo de las bienales de fotografía y la exposición Autorretrato con conciencia (2021).

Pero, a ocho meses del lanzamiento, la plataforma no ha ingresado nuevos materiales, así que esta ventana ofrecida por el Centro de la Imagen se ha quedado en una simple mirilla o en una promesa sin mayor consecuencia. ¿De qué depende que se aceleren los trabajos?