Perder a los niños
Este 2024 habrá elecciones en 74 países: 27 en la Unión Europea y 47 en el resto del mundo, con lo que se renovarán gobiernos que aglutinan a la mitad de los habitantes del planeta.
Las políticas morenistas, lamentablemente, pusieron en el centro de la violencia armada a los jóvenes. Fuerte, pero claro, según las cifras oficiales. Muchos de la generación Z serán los grandes protagonistas de los comicios en todo el mundo, que vivirá las elecciones más grandes en la historia. Las sociedades del planeta puede que no sean lo mismo después de ello.
Este 2024 habrá elecciones en 74 países: 27 en la Unión Europea y 47 en el resto del mundo, con lo que se renovarán gobiernos que aglutinan a la mitad de los habitantes del planeta.
Estamos hablando, tan sólo, de que el 50% de la población mundial habrá de votar y, como parte de ella, tendrá un papel esencial la juventud.
¿Pero qué pasa en México en tanto? Bueno, pese a las acciones del Estado para prevenir la privación de la vida de la infancia y la adolescencia, únicamente en enero de 2023 192 personas de entre 0 y 17 años fueron víctimas de homicidio a nivel nacional, de acuerdo con las cifras de incidencia delictiva del fuero común 2015-2023 que publica el SESNSP.
Lo anterior forma parte de la información de Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), que especifica que, de las víctimas, 57 eran mujeres y 135, hombres.
El número total de homicidios de niñas, niños y adolescentes reportados en el país en enero de 2023 (192) representaba una disminución de 7.7% con respecto a la cantidad registrada durante el mismo mes de 2022 (208).
Aunque se percibe una disminución, sigue siendo inconcebible, especialmente porque muchos jóvenes son reclutados forzosamente por los grupos armados, con los que las autoridades tienen una laxa y sospechosa relación, de acuerdo con el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Ahora conocemos que comunidades abandonadas por el obradorismo al asedio de los grupos criminales reclutan a niños y niñas, lo que contraviene las convenciones internacionales. Pero no son las poblaciones las responsables, sino el Ejecutivo federal.
El Derecho Internacional Humanitario (DIH) brinda una protección general al niño y a la niña en situación de conflicto armado por ser personas civiles que no participan en las hostilidades, de acuerdo con Diana Reyes Parra, de la Corte Interamericana de DH.
No exageramos al asumir el concepto de “conflicto armado”, dado que México enfrenta una peculiar guerra de baja intensidad de los grupos armados contra la población civil.
Asimismo, el DIH brinda una protección especial por su edad y su particular vulnerabilidad. En este marco, la persona menor de 18 años no debe ser reclutada por las Fuerzas Armadas o por los grupos armados, y tampoco debe participar en las hostilidades. Y el Estado no debe permitirlo.
Guerrero es una entidad donde se vive un estado de excepción por la actividad del crimen y la inexistencia de la acción del Ejecutivo local.
Comparemos las condiciones que enfrentan los niños mexicanos con las definiciones internacionales de éstos en conflictos armados y reflexionemos.
“Los niños son las principales víctimas de los conflictos armados. Son los objetivos de esos conflictos y se están convirtiendo, cada vez más, en instrumentos de éstos. Su sufrimiento adopta muchos aspectos, tanto en medio del conflicto armado como después”.
Los niños son asesinados o mutilados, quedan huérfanos, son secuestrados, son privados de educación y atención médica, y quedan con profundos traumas y cicatrices emocionales. Los niños son reclutados y utilizados como soldados, obligados a manifestar el odio de los adultos. Al ser desarraigados de sus hogares, los niños desplazados se vuelven muy vulnerables.
“Las niñas enfrentan otros riesgos, especialmente la violencia y la explotación sexual. Todas estas categorías de niños son víctimas de los conflictos armados”, enfatiza Reyes.
¿Ya perdimos a los jóvenes? ¿O aún es posible ahondar el horror?
