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Hablemos sobre el empoderamiento de la mujer

Imagen de la Mujer

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Por Alice Strathern

 

¿Qué edad tenías cuando escuchaste por primera vez sobre el empoderamiento de la mujer?

Este concepto lo podemos entender como un proceso en el cual una mujer adquiere o refuerza sus capacidades para lograr una vida autónoma y, asimismo, pueda participar en la toma de decisiones tanto en el plano personal como en el social. Este proceso de antemano requiere la eliminación de barreras que obstruyan la igualdad de género.

En pleno siglo XXI, a las mujeres nos toca educar a nuevas generaciones bajo ese principio en diversos ámbitos. Por ejemplo, en la esfera de la cotidianidad familiar, ¿qué tanto se practica el empoderamiento desde la infancia? Mientras una niña desarrolla su personalidad debe, simultáneamente, crecer con la idea de que puede convertirse en lo que desea, que puede tomar sus propias decisiones para lograrlo y tiene las mismas oportunidades de trato, acceso a la salud y educación como los niños.

Las niñas de hoy deben tener un rol protagónico en la sociedad del mañana. El empoderamiento les dará las herramientas para lograr una mejor calidad de vida. La inequidad de género que aún predomina en México no puede seguir. Necesitamos mujeres preparadas y educadas para resolver ese y otros problemas relacionados con violencia y discriminación.

Para las niñas, las puertas a la educación deben permanecer abiertas en cada nivel. De acuerdo con datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas, alrededor de 62 millones de adolescentes en el mundo no van a la escuela. Esto merma oportunidades de desarrollo profesional y la capacidad de decidir su futuro. La ausencia de mujeres en instituciones públicas y privadas retrasa la posibilidad de implementar nuevas formas de liderazgo.

Hablando sobre la importancia de la educación en la vida de una mujer, hay que recordar que existe un mundo más allá de la cocina y el matrimonio. Un mundo que toda mujer tiene derecho a construir y habitar. En épocas pasadas, estar casada y con hijos a cierta edad era seña de realización personal. En esos mismos tiempos, una buena mujer sólo debía dedicarse a lavar, tejer, planchar, cocinar y darle por su lado al hombre de la casa.

Pese a que esas imposiciones sociales cambiaron paulatinamente, aún es común que en las pláticas casuales se le atosigue a una mujer con preguntas como: “¿para cuándo el novio?, ¿para cuándo la boda?, ¿para cuándo un hijo?”. Es lamentable. A estas alturas deberíamos entender que los objetivos de cada mujer pueden ser muy distintos y no asumir que todo gira en torno a formar una familia.

Las niñas de hoy necesitan vivir el empoderamiento y hacer pleno uso de su libertad para definir su propio concepto de realización. Si desde la infancia se les fomenta habilidades de liderazgo, comunicación y negociación, el día de mañana se convertirán en mujeres que desarrollarán su máximo potencial en cualquier aspecto de su vida.

Conviene tener más mujeres líderes para que la economía de un país se fortalezca y para que su sociedad evolucione.

A las mujeres adultas también nos toca vivir ese empoderamiento. Sea cual sea la edad que teníamos cuando escuchamos por primera vez este término, es nuestra responsabilidad personificarlo para transmitirlo a las nuevas generaciones. Seamos madres de familia o no. Uno puede intentar ser el mejor ejemplo para alguien más en cualquier entorno.

                                                         @lichaliteral

 

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