La reforma político-electoral

Trucos, trinquetes, trampas, trapa-
cerías, corruptelas, corrupción 
e impunidad, expresiones visibles 
de las precampañas sucias y obscuras 
que no dejaron nada que permitiera 
al pueblo de México encontrar principios 
de solución y cambios verdaderos. 

La legalidad no puede ser invocada con la ilegalidad.

Al siguiente impacto a este mal inicio electoral hay que agregarle la negativa sorpresa que ha causado la designación de equipos de campaña, gabinetes administrativos y, desde luego, las bizarras listas de candidatos plurinominales a legisladores en las que hay de todo y para todos, personajes tránsfugas, con antecedentes legales no claros e incluso viabilidad cuestionada para acceder a una curul; el absurdo de anteponer meritocracia a la legalidad, en suma genera contradicciones morales, ideológicas y éticas con el solo propósito de un beneficio personal, políticos más preocupados por su bienestar que por la seguridad de nuestro país. ¿Es realmente ésta la única oferta política que se puede ofrecer al pueblo de México?

El inicio de las campañas debe de ser un parteaguas entre lo que fue y lo que puede ser, propuestas serias, formales y estructuradas al amparo del derecho y congruentes con la reforma político-electoral. Propuestas que encierren la verdad de acciones viables y confiables que permitan al votante creer en un cambio y sobre todo en la resolución de los problemas que nos aquejan, no se puede soslayar que la pobreza, la inseguridad, la corrupción y la impunidad merecen trato especial, urgente y atinado.

¿Podrán los candidatos partidistas e independientes actuar congruentemente con esta nueva forma de hacer política en nuestro país? Tanta toxicidad ha llevado a la ciudadanía a la desconfianza, a la incredulidad, a la desesperanza y al hartazgo, muchos, ya a la desesperación. La reforma político-electoral que nació con la reforma de la Constitución General del 2014 abre una serie de condiciones para el fortalecimiento de la democracia, fórmulas no experimentadas por la política mexicana y que serán puestas en marcha a partir de este año.

Llevada a cabo en el caudal de la honradez, la sensatez y la búsqueda del bien común, fortalecería la democracia mexicana y podría ser el principio de solución a la problemática social que hoy vivimos, queremos una democracia de resultados y no de ilusiones y trucos. Hoy enfrentamos un mundo en donde la pluralidad, el disenso y el consenso deben encontrar caminos comunes, es necesario que todos los poderes de la unión y los ciudadanos se corresponsabilicen de las tareas que les corresponden. La modernización de nuestro sistema electoral de ser llevada cabalmente, dará resultados, la inacción, la burla o el desprecio de esta nueva expresión del Estado de derecho mexicano, nos llevará al caos y la ingobernabilidad. Las candidaturas independientes representan el contacto directo entre el candidato y el ciudadano que en muchos casos no tenía opciones debido al hartazgo que vivía por los partidos políticos. Las modificaciones al régimen político ofrecen, entre otras cosas, la reelección consecutiva de legisladores federales y locales a partir de este año, la autonomía a la procuración de justicia a través de la creación de una Fiscalía General de la República. La medición y evaluación de las acciones de gobierno con la experiencia exitosa de otras naciones, ha permeado en estos cambios con la autonomía del Consejo Nacional de Evaluación de la política de desarrollo social.

Fundamental en los temas de seguridad será la ratificación del Plan Nacional de Desarrollo y de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública, en fin, un sinnúmero de adecuaciones que se hiciera a la Carta Magna para dar paso a esta nueva forma de hacer política en el Estado mexicano cumpliendo con la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, Ley General de Partidos Políticos y Ley General en Materia de Delitos Electorales. Gran oportunidad para dejar atrás las alquimias electorales, las ofertas fallidas y el ilusionismo político, gobierno y religión es una mezcla explosiva que desembocan en fanática violencia.

Viviremos un gobierno de coalición, es decir, una alianza con una o varias fuerzas políticas con representación en el Congreso de la Unión, lo cual dará agilidad a los trámites legislativos, programas y convenios del gobierno, sometidos a la aprobación del senado, de ahí la necesidad irrebatible de que estos legisladores cuenten con las calidades morales e intelectuales para desempeñar estas responsabilidades. Los secretarios de Relaciones Exteriores y Hacienda deberán ser ratificados por el Senado.

Una joya de la ilegalidad es la nominación como senador

plurinominal de Napoleón Gómez Urrutia, incumple con lo establecido por el artículo 32 constitucional, párrafo segundo, en cuanto a la doble nacionalidad y qué decir del requisito de la residencia en nuestro país, el caso de Nestora Salgado García, no puede

ser más incongruente con la legalidad y la moralidad que de-

be arropar a todo candidato a un puesto de representación popular. Otras pifias o burlas a la legalidad que por falta de espacio comentaré en mi próxima entrega. 

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