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Kamala y el púrpura

Fabiola Guarneros Saavedra

Fabiola Guarneros Saavedra

Mensaje directo

Kamala Harris, la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, se cerciora de que sus ideas se escuchen, se vean y se siembren. Utiliza canciones, frases y colores que conectan con sus seguidores, se convierten en guiños para sus adversarios y que refrendan sus compromisos con las luchas sociales, como el feminismo y la inclusión.

El 7 de noviembre eligió un traje blanco para pronunciar el discurso con el que celebró su victoria. El color fue interpretado como un guiño al movimiento feminista y en honor a la lucha de las mujeres que lograron conquistar el voto de la mujer.

Ese sábado Harris reconoció a las mujeres negras como la espina dorsal de la democracia —según las encuestas de salida del día de la elección, 9 de cada 10 mujeres afroamericanas votaron por Biden—; y agradeció la participación de las latinas, asiáticas, nativas americanas y a las blancas (58% de las mujeres votaron por los demócratas).

“Soy la primera vicepresidenta de Estados Unidos, pero no seré la última”, aseguró Kamala. Esa frase representó esperanza para muchas mujeres de la política, pero también oportunidades de crecimiento para todas. Rompió el techo de cristal que limita a muchas.

La canción que eligió para acompañar sus triunfos político-electorales fue Work that, de Mary J. Blige:

 

“…Resuelve tus cosas.

Hay tantas chicas que escuché que han estado corriendo

de la hermosa reina en la que podrías convertirte.

Puedes mirar mi palma y ver venir la tormenta.

Leer el libro de mi vida y ver que lo he superado.

Sólo porque tu cabello no es largo,

y a menudo te critican por tu tono de piel.

Quiero mantener la cabeza en alto

porque eres una mujer bonita.

Avanza en la pasarela y sigue…”.

 

Usa tenis Converse para trabajar y estar cómoda. No necesita zapatillas especiales para demostrar su empoderamiento.

Kamala Harris eligió llamarse Pioneer para el Servicio Secreto, pionera en español, y lo es. En 2011 se convirtió en la primera mujer fiscal de California y la primera afroamericana en ocupar el mayor cargo de procuración de justicia en ese estado. El 20 de noviembre juró en el Capitolio como la primera mujer en la vicepresidencia de Estados Unidos y le tomó protesta la ministra Sonia Sotomayor, la primera jueza hispana de la Corte Suprema.

Biden, al presentarla, dijo que Harris es ejemplo de “la historia de Estados Unidos”, y es que ella representa el producto de dos minorías estadunidenses: la afroamericana y la asiática.

Harris es una defensora de las minorías étnicas, de los derechos de las niñas y también del aborto, pero hoy su objetivo está en restaurar la unidad en su país. Junto con el presidente Joe Biden se ha propuesto reconciliar a la sociedad estadunidense, fracturada y enfrentada por los discursos de odio, intolerancia y racismo.

La vicepresidenta eligió un traje púrpura para su toma de protesta. La secundó Hillary Clinton, el morado en la ropa de ambas no fue coincidencia. El púrpura es el color del entendimiento bipartidista, es la fusión del rojo y el azul, es la señal de que demócratas y republicanos deben trabajar juntos por el futuro de su país.

Vanessa Friedman, editora de moda del The New York Times, refirió que un boletín del sufragista Partido Nacional de las Mujeres de 1913 afirmaba que “el púrpura es el color de la lealtad, la constancia en un propósito, la firmeza inquebrantable en una causa”.

Y la causa de Biden y Harris es buscar la unidad, “para luchar contra los enemigos que nos esperan: la ira, el resentimiento, el odio, el extremismo, el desorden, la violencia, la enfermedad, el desempleo y la desesperanza”.

En su discurso Joe Biden dijo que “sin unidad no hay paz, sólo amargura y furia; no hay progreso, solo ira agotadora. No hay nación, sólo una situación de caos. Éste es nuestro momento histórico de crisis y desafío. Y la unidad es el camino para avanzar”.

Y mientras el Presidente de Estados Unidos decía que había que poner fin a la guerra civil que enfrenta al rojo con el azul, a lo rural con lo urbano, a los conservadores con los liberales, ahí estaba ella, Kamala, con su traje y abrigo de una sola pieza color púrpura.

*

DM

Las mujeres mexicanas ya pintamos de morado las calles, zócalos y plazas de nuestro país, no permitamos que el mensaje de unidad de ese 8 de marzo de 2020 se decolore o pierda su intensidad por el discurso de la polarización. Nos faltan muchas batallas que dar para que nuestros derechos sean respetados y garantizados.

 

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