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Boicot: libro sobre el pasado que nos habla del presente

Esther Shabot

Esther Shabot

Catalejo

Acaba de publicarse bajo el sello editorial de Cal y Arena y de la Universidad Iberoamericana, el libro titulado Boicot: el pleito de Echeverría con Israel, cuya autoría es de la historiadora Ariela Katz Gugenheim. Esta acuciosa y profunda investigación posee el gran mérito de arrojar luz acerca de un particular episodio de la vida política y diplomática de nuestro país que no había sido explorado de manera seria, sino que se había quedado en el anecdotario nacional, siempre con un tratamiento superficial y lleno de lugares comunes.

Tal abordaje, previo a la aparición de este nuevo volumen, de ninguna manera capturaba mucho de lo que se tejió en aquellos turbulentos años en los que la visión tercermundista y las aspiraciones de protagonismo del entonces presidente Luis Echeverría —quien pretendía colocarse como secretario General de la ONU al término de su mandato presidencial— lanzaron a México a convertirse en actor de un escándalo internacional, cuyas consecuencias para el país fueron sin duda negativas. Se trató de la decisión del presidente Echeverría de votar a favor de la resolución 3379 de la ONU, promovida por el bloque árabe-soviético, la cual fue aprobada el 10 de noviembre de 1975 y cuyo objetivo era definir al sionismo, el movimiento de liberación nacional del pueblo judío, como una forma de racismo.

Ariela Katz, luego de una investigación, que incluyó la revisión de una amplia hemerografía y de un sinnúmero de archivos tanto de los gobiernos mexicano, israelí y estadunidense, como de las comunidades judías de México y Estados Unidos, consiguió atar muchos de los cabos sueltos que dejaba esa exploración, mediante entrevistas directas con algunos sobrevivientes de aquella saga histórica y, sobre todo, al haber logrado acceder al riquísimo acervo que significó el caudal de información que aportó la aparición reciente de Wikileaks con todas sus nuevas revelaciones.

Armada de ese caudal informativo, Katz nos presenta detalladamente en su obra las consecuencias de tal voto ordenado por Echeverría, a saber, el desencadenamiento del boicot turístico y económico a México decidido de forma espontánea entre los judíos norteamericanos que, por lo general, eran desde mucho tiempo atrás asiduos visitantes de nuestro país; las reacciones del gobierno mexicano en vista de la crisis que en el sector turístico nacional se desató; los posteriores intentos de arreglar las cosas de parte del propio presidente Echeverría, quien oscilaba en sus puntos de vista al respecto de manera desconcertante y contradictoria, según fueran sus interlocutores de cada momento; el papel relativamente cauto que decidió jugar en esa circunstancia el gobierno de Israel y, por último, la situación bastante problemática en la que se movía la comunidad judía de México, atrapada en una encrucijada en la cual cualquiera que fuese la línea de reacción que decidiese tomar, pagaba costos importantes debido al desgarramiento implicado en el choque que este episodio estaba suscitando entre su condición judía y su legitimidad como ciudadanos mexicanos plenos.

El volumen de Ariela Katz consigue sorprendernos al reconstruir con minuciosidad cuánto de casual, cuánto de decisiones improvisadas y de ocurrencias personales y enredos, fruto de la psique de gobernantes obsesionados por objetivos que probablemente no tienen que ver en absoluto con los intereses concretos del país, puede derivar, a fin de cuentas, en consecuencias negativas de alcance nacional.

Y una lectura atenta de lo que sucedió en aquellos años de la década de los setenta con el caso de Echeverría y el boicot, puede muy bien servirnos igualmente de lección acerca de los riesgos que se corre con los liderazgos populistas que, en función de sus humores del día, están dispuestos a subir la temperatura política y diplomática hasta niveles peligrosos, desentendiéndose de los posibles descalabros y hasta catástrofes que promueven. El reciente caso del diferendo de México con España a raíz de las disculpas exigidas por el presidente López Obrador es en ese sentido, un buen ejemplo.

En esa misma línea interpretativa, también vale sin duda la pena reproducir aquí las palabras de Héctor Aguilar Camín que aparecen en la contratapa de libro hoy comentado: “Los errores a veces enseñan más que los aciertos. Ariela Katz Gugenheim recobra un momento único de la diplomacia mexicana, un error único, cuyo recuerdo vale por igual como historia del pasado y como lección para el presente”.

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