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AMLO y el presupuesto

Carlos Elizondo Mayer-Serra

Carlos Elizondo Mayer-Serra

Contrapunto

Sin embargo, no es menor el hecho de que presentara un presupuesto austero, bien recibido por los mercados, y que lograra que no se modificara ni una coma de los recursos solicitados para sus proyectos centrales. Ante la presión de las universidades, estados, municipios y agrupaciones campesinas, para cuadrar las cifras de los aumentos que les dieron respecto a lo enviado por AMLO, los legisladores simplemente asumieron que se podía lograr una mayor recaudación para generar 23 mil millones de pesos más y les quitaron a los entes autónomos. Ningún recorte en los temas prioritarios de AMLO.

El Presidente puede afirmar, sin ruborizarse, que estos recortes son porque así lo dispuso la Cámara de Diputados. En estricto sentido legal, tiene razón. Lo increíble es la disciplina de los legisladores de Morena y de sus aliados. A la vieja usanza priista, pusieron en marcha la aplanadora y, por primera vez desde hace 13 años, la votación del presupuesto no incluyó una parte importante del voto de la oposición. La práctica de dejar a todos contentos repartiendo fondos a favor de programas que pueden gastar directamente los diputados, lo que originaba los vergonzosos moches, también ha quedado atrás. Ésta no es la razón del enojo entre ciertos sectores afectados por el recorte, como argumenta AMLO. El trabajador despedido protesta por ese hecho concreto, no porque recibía un moche.

El presupuesto refleja las prioridades de un gobierno. El financiamiento y fortalecimiento de los órganos autónomos no lo son. Por un lado, porque el resto del gobierno está bajo un agresivo apretón de cinturón, y en estos órganos autónomos los gastos han sido excesivos y en muchos casos abusivos, como hace ocho años Ana Laura Magaloni y yo documentamos en un libro que editamos, intitulado El uso y abuso de los recursos públicos (https://bit.ly/2T8Svqn). Por otro lado, porque un objetivo de AMLO es debilitarlos para que le impongan los menores límites posibles, y dichos excesos le allanan el camino frente a buena parte de la opinión pública.

AMLO obtuvo su presupuesto. Lo ha celebrado y ha prometido que éste garantiza justicia y crecimiento económico. Justicia en sus términos la podrá lograr a la hora de implementar sus principales programas sociales: repartir dinero a los adultos mayores, a los discapacitados, a los jóvenes sin empleo ni trabajo, a los estudiantes a través de becas. Que estos programas sean la mejor forma de apoyar a quienes menos tienen es discutible. Me parece que, si no son complementados por un Estado que provea seguridad, salud y educación de calidad para todos, su impacto será mucho menor del esperado por AMLO: garantizan una clientela política leal y estable, eso sí, pero no desarrollo.

AMLO cree que el desarrollo se logrará con su agresiva política de inversión en el sureste. Mientras Tabasco recibirá el año entrante más de 121 mil millones de pesos en inversión pública federal, Nuevo León recibirá menos de tres mil 500 millones y Jalisco, menos de 5 mil millones. Sin duda, esta derrama de recursos ayudará a Tabasco y a otros estados de la región también consentidos en términos presupuestales, como Oaxaca, pero AMLO parece olvidar que fue electo para gobernar a todos los mexicanos.

El costo de no invertir en infraestructura en el resto del país puede frenar a las zonas del país que sí crecen. Invertir en grandiosos proyectos a pasos acelerados, como en el caso del Tren Maya, puede llevar a inmensos elefantes blancos que no se terminen nunca o que jamás sean rentables, sin que en el camino se desarrolle la región. La mala calidad de los gobiernos locales y la falta de interés en incrementar el capital humano de la región con educación de calidad y una más pertinente inversión en infraestructura, puede llevar a que dichas zonas, finalmente, no crezcan significativamente, y a que se desperdicie mucho del dinero invertido ahí.

El 2019 será el año de AMLO. Dominará todo el debate público. El gasto del gobierno federal ha sido asignado a sus prioridades. Muy pronto podremos ver si su gobierno es capaz de hacer con ello que el país crezca más. Ojalá, pero sus transferencias de recursos a los más pobres no garantizan más que mayor demanda, por el gasto de los beneficiados, a costa de una menor demanda, por los afectados por el recorte. Además, para la economía mundial el 2019 pinta complicada. Veremos. Por lo pronto descanse, y que tenga usted un muy buen 2019.

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