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AMLO es el nuevo Fondo Monetario Internacional

Carlos Elizondo Mayer-Serra

Carlos Elizondo Mayer-Serra

Contrapunto

La compactación administrativa propuesta por AMLO debe ser similar o mayor a la impuesta por Salinas de Gortari durante el sexenio de Miguel de la Madrid. Partidas presupuestales consideradas no prioritarias serán borradas. Instituciones no centrales al proyecto de AMLO verán su presupuesto cercenado.

AMLO parece haber escuchado que al FMI le gusta un Estado más pequeño. Ya se deshizo del principal activo de infraestructura del gobierno federal, el aeropuerto en Texcoco, aunque en este caso le costará más dinero cancelarlo que lo que se ahorrará con su propuesta del parche en Santa Lucía.

En los años ochenta, el objetivo era pagar la deuda pública y disminuir la impresión de billetes que llevaba al país a una espiral inflacionaria. El recorte presupuestal fue la respuesta al tiradero de los años de excesivo gasto público que llevó en 1982 a un déficit público mayor a 17 puntos del PIB. El objetivo hoy es generar recursos para los proyectos favoritos de AMLO: ciertas transferencias sociales y ambiciosas obras de infraestructura. Otra supuesta consulta nos confirmará muy pronto el apoyo irrestricto del pueblo a estas propuestas. El pueblo siempre es tan sabio como AMLO.

Las transferencias tienen el objetivo de darle soporte y viabilidad política a su proyecto. El viejo sistema de reparto corporativo ya no es pagable. Mejor transferir recursos directamente a un grupo de electores: jóvenes sin empleo, estudiantes, discapacitados, adultos mayores. Se espera que conformen su base política más leal.

Sus obras las hará porque puede y quiere. No hay una estrategia para generar un desarrollo social de largo plazo en el sureste del país. No se ha mostrado que estas obras sean la forma óptima para impulsar esa región.

La izquierda normalmente financia sus gastos con mayores impuestos. AMLO ha prometido no hacerlo. Incluso, insiste en bajar los impuestos en la frontera norte, donde se pagará una tasa de IVA y de ISR 50 por ciento menor a la del atrasado sur, supuestamente su región consentida. A esta zona le tocará un lindo tren. Los misterios de la 4T.

Tras la decisión de AMLO de cancelar el aeropuerto de Texcoco y la propuesta del senador Monreal de regular las comisiones bancarias, todas las variables macroeconómicas se deterioraron. Está en curso un ajuste presupuestal adicional para acomodar los mayores costos financieros por la devaluación del peso y la subida en las tasas de interés.

Para financiar su proyecto, AMLO está exprimiendo con fuerza al Estado mexicano, quitándole cualquier gasto considerado inútil. Políticamente, la estrategia es impecable. La austeridad republicana se justifica para secar a esa bestia corrupta que ha sido la clase política mexicana. ¿Quién la va a defender del recorte? También sobran programas de supuesto carácter social capturados por algún grupo de interés. Es momento de desaparecerlos.

En el camino aventará el agua de la bañera con todo y el niño. La izquierda exitosa en el mundo desarrolla capacidades estatales para generar un piso más parejo. Esto requiere una infinidad de instituciones eficaces. La cancelación de la Reforma Educativa va a debilitar la rectoría del Estado. El poder para recortar estructuras administrativas no se utiliza para enfrentar al sindicalismo del sector público, el cual ha hecho tan difícil proveer los servicios públicos básicos. Gracias a estos recortes, el gobierno mexicano tendrá aún menores capacidades de las heredadas tras tres décadas de administraciones neoliberales, corriendo el riesgo de perder capital humano que hacía razonablemente eficaces a instituciones, como el Banco de México.

AMLO busca implementar su proyecto rápido y a cualquier costo. Él lo ve distinto: “Mi amo es el pueblo de México… yo ya no me pertenezco, estoy al servicio de la nación, soy un hombre de la nación”. Aunque pocos lo crean, los recortes acordados con el FMI en los años ochenta se hicieron con una lógica similar a la que dice seguir AMLO: para darle viabilidad a la nación.

Si los recortes no son realistas, o los supuestos de partida de su presupuesto, como el precio del petróleo, no son creíbles, o la estrategia fiscal no parece sustentable, veremos más inestabilidad en los mercados financieros. El costo para la nación será aún mayor del que hemos pagado en las últimas semanas. Si siguen con los errores, la tijera de AMLO no será suficiente. Se necesitará al FMI.

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