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El informe pato de Romo

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

 

Dicen en Morena que si alguien debiera estar preocupado por las fallidas elecciones al interior del partido, es el alcalde en Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo.

Y no porque él quiera ser dirigente, sino por el revés que se llevó Gabriel García, tercero en la línea de mando y gente muy allegada a quien manda en este país, que ya tenía armada la estructura para entronizar a Bertha Luján como presidenta.

Muchos dirán que eso qué tiene que ver con el alcalde neo-moreno, sobre los que no sepan que García fue el artífice para que Romo pudiera brincar del PRD al partido pejista, a pesar de que en ambos lados era mal visto.

Durante la última legislatura de lo que fue la Asamblea Legislativa del DF, Víctor Hugo fue congelado desde el gobierno central, pues fue factor central para que el sol azteca perdiera la entonces delegación Miguel Hidalgo, a manos de Xóchitl Gálvez.

Toda la legislatura se la pasó caminando hacia atrás y cabeceando para esquivar los golpazos que le llegaban de todos lados; su futuro lucía negro, pues ni el equipo de Miguel Ángel Mancera ni el PRD lo querían ya.

Vivió tres años con la angustia de que su gestión no solamente fuera auditada –debido a las quejas de varios empresarios que se dijeron “decepcionados”–, sino que la Contraloría actuara en consecuencia, lo que finalmente no ocurrió.

El hoy alcalde tenía claro que su futuro político estaba cancelado en el PRD y tenía que dar el salto a Morena, donde no pensaban abrirle la puerta.

Fue entonces cuando García le ayudó no sólo a librar los filtros para pelusa, sino a recuperar la demarcación, donde dicen que piensa estar hasta 2024.

El asunto es que Romo sigue acumulando quejas, las cuales pueden arreciar, sobre todo ahora que su ángel de la guardia ya demostró que no es infalible y que la grilla que vivió en el PRD es juego de niños comparada con la de Morena.

Las bases pejistas de la demarcación están muy sentidas, pues su alcalde decidió dar su primer informe en el lujoso restaurante del Lago de Chapultepec, al que sólo irán fifís, pues ese lugar es para perfumados, dicen.

A menos que piense contratar varias canoas para acarrear gente, el “pueblo bueno” será marginado y sólo los volverán a convocar cuando haya elecciones.

Dicen que quizá Romo eligió el lago porque piensa que está lleno de gansos, para ir a tono con el “me canso ganso”. Pero otros dicen que lo que abundan ahí son los patos, y que le quedará mejor eso de “me hago pato”.

Y no faltan los maloras que afirman que a lo mejor el alcalde oyó mal cuando le dijeron que ahí se presentaba El Lago de los Cisnes… igual entendió que era El Lago de los Bisnes.

 

 

CENTAVITOS…

La que hizo honor a su fama de que como dice una cosa dice la otra, fue la alcaldesa de Tlalpan, Patricia Aceves, quien ayer aceptó ante diputados del Congreso de la CDMX que en Tlalpan sí hay muertas, pero que en otras delegaciones ¡hay más! Y que como los de la Guardia Nacional son jóvenes de otros estados, les tienen que poner policías auxiliares para que no se pierdan en Tlalpan… Es lo malo de sacar candidatos de las tómbolas.

 

 

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