De convento a institución pública: la historia del edificio de la SEP
Sus antecedentes se remontan a 1821 con la creación del Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública, durante los inicios de vida independiente de la mano de Agustín de Iturbide
Poco más de 8 mil 500 metros cuadrados conforman el complejo que alberga las oficinas centrales de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en el corazón de la Ciudad de México.
Con más de un siglo de antigüedad, la SEP, es una de las instituciones pilares en México. Sus antecedentes se remontan a 1821 con la creación del Ministerio de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública, durante los inicios de vida independiente de la mano de Agustín de Iturbide.
Posteriormente, la reforma política en materia educativa de Valentín Gómez Farías, de la mano del historiador José María Luis Mora, planteó la separación religiosa de la educación. Uno de los momentos más trascendentales para la enseñanza del país. Más tarde, el presidente Antonio López de Santa Anna decretó la obligatoriedad de la enseñanza, además que esta debería ser totalmente gratuita para todos los mexicanos. En 1867 con el gobierno de Benito Juárez la entidad responsable de la materia educativa del país sería la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública.

A principios del siglo XX con la creación de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, Justo Sierra abrió la brecha hacia una nueva era mediante la promoción de la educación primaria obligatoria entre los habitantes para con ello ampliar el progreso de la sociedad. Otra de sus aportaciones fue la fundación de la Universidad Nacional de México, hoy Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1910.
CREACIÓN DE LA SEP
El 03 de octubre de 1921 se emitió el decreto para la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP). La nueva dependencia se dedicaría exclusivamente a la tarea de generar mejores mecanismos de enseñanza y adoctrinamiento cultural de niños y jóvenes a nivel público en todo el país mediante el fortalecimiento de la educación rural, apertura de escuelas, lucha contra el analfabetismo y la generación de bibliotecas en toda la República
José Vasconcelos, abogado originario de Oaxaca, entonces rector de la Universidad Nacional, ideólogo y principal colaborador de Francisco I. Madero en su lucha para derrocar a Porfirio Díaz, fue nombrado como primer secretario de la SEP por el presidente Álvaro Obregón. La estructura de la dependencia estaba integrada por los departamentos de Bellas Artes, Escolar y Bibliotecas y Archivos.

El nuevo sistema educativo tuvo como ejes principales el acceso gratuito a la educación, laicidad y obligatoriedad para todos los ciudadanos de la República Mexicana, de acuerdo con lo marcado por el artículo 3º de la Constitución de 1917.
Parte del modelo educativo planteado por Vasconcelos contemplaba incluir las artes y la lectura en un acercamiento de la cultura a los sectores populares en lo que se manejó como la revolución educativa. Entre otros aspectos relevantes, se integró al proyecto la construcción de un edificio como sede principal desde donde se operarían las actividades del ramo.
DE CONVENTO A INSTITUCIÓN PÚBLICA
Ubicada en la calle de República de Brasil 31 de Centro Histórico de la Ciudad de México, la construcción albergó las instalaciones del Convento de la Encarnación desde el siglo XVII. En junio de 1911, el mismo día que Francisco I. Madero entraba a la capital del país, el fuerte sismo conocido como ‘Terremoto Maderista’ afectó parte del inmueble que en ese momento estaba destinado a convertirse en una Escuela Normal.
El proyecto de la Normal nunca se consolidó debido al conflicto revolucionario por el que atravesaba el país, por lo que, la obra quedó inconclusa. Sin embargo, tras tomar el cargo como titular de la SEP, Vasconcelos proyectó construir en ese predio una sede emblema de la sabiduría y las artes en relación con su política pública planeada.

Para lograr el diseño encargado por Vasconcelos al arquitecto Federico Méndez Rivas, fue necesario realizar trabajos de remodelación a profundidad con la base arquitectónica ya existente. Los trabajos de construcción de las monumentales instalaciones de la recién creada secretaría se retomaron en junio de 1921 con una concepción dictada por el mismo político oaxaqueño.
LA INAUGURACIÓN
Excélsior, El Periódico de la Vida Nacional, informó en su edición del 10 de julio los detalles de la inauguración de las instalaciones de la nueva secretaría de Estado.
“El acontecimiento máximo del año, considerado desde el punto de vista intelectual y de su significativa trascendencia para el mejor encarrilamiento [sic] de los trabajos dirigentes de la educación del pueblo todo del país, fue la inauguración solemne del edificio que ocupará en lo sucesivo la Secretaría de Educación Pública, acto que revistió singular brillo y que se efectuó ayer al medio día”, se puede leer en la publicación.
En uno de los patios principales se reunieron los asistentes a la ceremonia de inauguración, entre quienes se encontraban unos diez mil trabajadores de la educación y funcionarios del gobierno además de una multitud de curiosos. El evento encabezado por el presidente Obregón y Vasconcelos comenzó a las 11 de la mañana del 09 de julio de 1922.
Obregón dio por inaugurado el recinto, seguido de un informe emitido por el propio secretario de educación acerca de la importancia de la nueva dependencia educativa, además del proceso de construcción de la obra, así como los recursos utilizados para la misma.
El educador oaxaqueño señaló que “la casa material está concluida, pero el edificio moral se perfila apenas, y sus lineamientos están ya contemplados en los rasgos de la estructura de esta casa, cuya distribución corresponde al plan educativo que comenzado a regirnos”.
Posteriormente habló el entonces rector de la Universidad Nacional, Antonio Caso, quien estuvo presente y dijo “este palacio se abre en los momentos en que México restaura su sangre, después de los largos años de turbulencia política, y reivindica el lugar glorioso que le corresponde en la obra de redención del progreso humano”.
Se realizaron bailes típicos e interpretaciones a coro de parte de alumnos y maestros. La Orquesta Sinfónica Nacional amenizó con piezas de música clásica. Una intensa lluvia obligó a detener por un momento el banquete ofrecido a los invitados. Eran casi las 2 de la tarde cuando comenzaron a vaciarse los dos patios abiertos para la celebración del evento.
Desde su inauguración, el palacio educativo fue sometido a diversos cambios hasta convertirse en un complejo de varios edificios coloniales adornado de murales de los artistas más importantes de la época como Diego Rivera, Jean Charlot, Amado de la Cueva, David Alfaro Siqueiros o Federico Canessi, entre otros. Los tres niveles del edificio cuentan con una temática artística que representa la intelectualidad, ciencia, la lucha revolucionaria, así como la cultura regional de algunos estados del país.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el edificio sede de la SEP cuenta hoy en día con cinco patios y, a lo largo de sus extensos pasillos, evocan la inmensa historia de una de las instituciones emanada de la revolución más trascendentales de la Administración Pública mexicana.
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