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La extorsión se agudiza en países de América Latina

El crimen organizado utiliza el terror contra los comercios para pedirles recursos y financiar sus actividades

C. González/ AFP | 04-03-2024
Extorsión
Estrategias de miedo. A través de WhatsApp, las bandas envían mensajes diciendo que ya saben dónde vive el comerciante; incluso mandan fotos de cómo vigilan a su familia en las calles. Foto: Reuters

LIMA.

Antes de inaugurar su sauna en el este de Lima, Eduardo empezó a ser extorsionado por celular. Ignoró la amenaza. El siguiente aviso fue muy diferente: una noche desde una moto alguien abrió fuego contra el local desocupado que acondicionaba.

Desde México hasta Colombia, Ecuador y Perú, pasando por El Salvador, Honduras o Guatemala, la extorsión ha minado la seguridad ciudadana. Sus millonarias ganancias lo sitúan detrás del narcotráfico o la trata de personas, y puede ser más rentable que la minería ilegal, según fuentes de inteligencia.

En el caso de Eduardo, supo del ataque a través de un video enviado a su móvil. “Los dueños de San Juan de Lurigancho”, una banda que opera en este distrito, el más poblado de la capital peruana, con 1.2 millones de habitantes, le exigió una “matrícula” de instalación de 13 mil 300 dólares y una mensualidad de mil 300.

“Estoy viviendo casi a escondidas porque me imagino que ellos ya han estudiado todo, y saben dónde vivo, dónde desayuno, dónde almuerzo, dónde pernocto”, señala este hombre de 40 años que oculta su verdadera identidad por temor.

Pequeños y grandes comerciantes, transportistas, núcleos residenciales y poblados completos son víctimas de organizaciones locales o internacionales.

En Perú la extorsión, incluso, tocó las puertas del futbol. El atacante internacional Paolo Guerrero estuvo a punto de desistir de jugar para el club César Vallejo por amenazas a su familia.

Se trata del mismo mal con múltiples nombres: en Perú son Los Pulpos, en Colombia es el Clan del Golfo y en Ecuador, Tiguerones. También está el temido Tren de Aragua de Venezuela, la organización de mayor expansión del último quinquenio con presencia en Colombia, Chile y Perú.

Estos grupos se han transformado en “empresas criminales” en busca de mercados y “socios en otros países”, señala el fiscal peruano anticrimen Jorge Chávez.

Pese al poder de amedrentamiento de estas bandas, las denuncias se han disparado. El año pasado Perú recibió 19 mil 401 frente a 4 mil 119 en 2021, un aumento del 471% en dos años.

En Ecuador, que enfrenta una inédita arremetida del narco, las denuncias se incrementaron en 482%, pasando de 2 mil 801 casos en 2021 a 13 mil 500 hasta septiembre de 2023.

En Colombia, donde por décadas guerrillas y paramilitares también han extorsionado, la cifra se ha cuadruplicado desde 2012: 2 mil 316 casos frente a 9 mil 297 el año pasado, según todos datos oficiales. Y en México se denuncia una extorsión cada hora, de acuerdo con el gremio de empresarios Coparmex.

El miedo se propaga con métodos y mensajes similares. “Sabemos quién eres, ya sabemos a qué hora abre tu negocio (...) sabemos cuándo vas al mercado, sabemos dónde estudia tu hijo”, es la advertencia que se volvió habitual por WhatsApp, señala Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodegueros de Perú, que reúne a 22 mil pequeños comerciantes.

Según estima, 13 mil de ellos fueron chantajeados el año pasado.

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