Joaquim Torra, el protegido de Puigdemont

Joaquim Torra, un editor sin experiencia política,  fue el elegido del expresidente de Cataluña para sucederlo; prometió seguir el proceso de 'construcción republicana'

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CIUDAD DE MÉXICO.

Editor, abogado y xenófobo, pero con su propio país: España. Joaquim (Quim) Torra es el nuevo presidente de Cataluña y se encargará de ondear la estelada (bandera catalana) hasta lo más alto para conseguir su sueño: independizarse del país ibérico.

Objetivo que su padrino, el expresident Carles Puigdemont, no logró y  quien desde Alemania, donde está escondido de la justicia española por brincarse la ley, moverá los hilos de su nuevo “títere” del Partido Junts Per Catalunya (JuntsxCat). Al poco tiempo de ser nominado, este separatista, de 55 años, afirmó que “su gobierno seguirá avanzando en el proceso de construcción republicana”.

Es el más radical que ha podido encontrar Puigdemont y el único que ha aceptado ser su títere. Es un títere en manos de un prófugo de la justicia”, manifestó Inés Arrimadas, líder del Partido Ciudadanos (unionista), el más votado en las elecciones catalanas del pasado 21 de diciembre, pero que no logró la mayoría para gobernar. “Lamentamos que el bloque independentista haya escogido una persona con uno de los perfiles más sectarios”, manifestó el Partido Socialista Catalán, en declaraciones recogidas por el diario La Vanguardia.

En una entrevista con el canal TV3, Torra llegó a decir incluso que “en Cataluña hay una crisis humanitaria y que hay gente en prisión en el exilio”, como si de Venezuela se tratara, en referencia a los políticos catalanes presos y prófugos por los delitos de sedición, malversación y manipulación de fondos públicos con el fin de lograr la independencia.

Para solidarizarse, colgará un lazo amarillo de apoyo a los encarcelados en la fachada de la Generalitat (gobierno regional), en Barcelona. De hecho, entre los miembros de su nuevo gabinete, hay dos presos y otros dos huidos de la justicia que formaban parte del equipo de Puigdemont. Ante este alentador panorama, el Ejecutivo español de Mariano Rajoy bloqueó la toma de posesión del gobierno regional por nominar a los rebeldes.

Desde el pasado 27 de octubre, el gobierno central controla Cataluña tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución (que permite al Estado intervenir en una autonomía ante el incumplimiento de la ley) y no lo desactivará hasta cerciorarse de que los independentistas gobiernen bajo las bases de la legalidad. Y aunque el 155 se anule, Madrid supervisará el presupuesto de la región para evitar que los fondos públicos se destinen a la independencia.

SIN EXPERIENCIA POLÍTICA

Oriundo de Blanes, en la Costa Brava, se licenció en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabajó en la aseguradora suiza Winterthur y después fundó la editorial A Contra Vent, donde, “sorpresivamente”, trató de revivir artículos de periodistas catalanes de la época de la Segunda República. Y de ahí, su fijación con “La República Independiente de Cataluña”.

Este abogado, casado y con dos hijos, se afilió a la Unión Democrática de Cataluña (UDC), fue vicepresidente de Òmnium Cultural (asociación que promociona la lengua y la cultura catalanas) y pasó a formar parte del consejo de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que convocó numerosas manifestaciones en defensa de la independencia.

Mientras, en Twitter se dedicó a dejar “perlas” sobre los españoles: “Los españoles sólo saben espoliar”, “los españoles vienen a vigilarnos, ¡fuera de aquí de una vez!”, “vergüenza es una palabra que los españoles han eliminado hace años de su vocabulario”, entre otros mensajes. Pero...él se define como un “independentista emocional”. Y sí, emoción provocó en Puigdemont, quien lo fichó como diputado regional por JuntsxCat el pasado diciembre, lo que abrió su carrera política para después dar el salto a lo grande, a la Presidencia de la Generalitat y cumplir el sueño frustrado de su mentor.

Lamento mucho que toda una trayectoria pública y profesional se vea bajo vigilancia por unos tuits publicados hace seis años”, dijo a TV3 el recién nombrado President el pasado 14 de mayo. “Si alguien lo ha entendido como una ofensa, pido disculpas, no era mi intención”, añadió, tratando de quitar hierro al asunto, ante la alarma que desataron sus comentarios xenófobos en una España que no logra extirpar el apéndice independentista.