Asma, esposa de Bashar Al-Assad, estaría enferma de gravedad en Moscú: medios

Asma al-Assad, esposa del derrocado dictador sirio Bashar al-Assad, enfrenta una batalla crítica contra la leucemia mieloide aguda, una enfermedad que la ha llevado a ser aislada debido al alto riesgo de infecciones. Según fuentes cercanas, los médicos le han dado una probabilidad de supervivencia del “50/50”, mientras recibe tratamiento en Moscú, de acuerdo con el diario británico The Telegraph.

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La familia Assad buscó asilo en la capital rusa tras perder el control de Siria luego de 13 años de una devastadora guerra civil. Asma, quien previamente superó un cáncer de mama en 2019, se encuentra bajo el cuidado de su padre, el cardiólogo Fawaz Akhras, quien ha estado a su lado desde que fue diagnosticada nuevamente con leucemia tras un periodo de remisión.

En mayo de este año, la presidencia siria confirmó el diagnóstico de Asma, de 49 años, quien ahora se encuentra en aislamiento total. “Ella no puede estar en la misma habitación con nadie debido a su condición”, señaló una fuente cercana a la familia.

La salud de la ex primera dama se deteriora en medio de tensiones diplomáticas y la complicada relación entre el Kremlin y Bashar al-Assad. A pesar del apoyo militar y económico brindado por Rusia desde 2015, los analistas señalan un enfriamiento en la relación entre ambos líderes. Este distanciamiento podría tener implicaciones estratégicas, ya que Rusia arriesga perder su presencia militar en Siria, incluyendo el puerto de Tartús y bases clave en la región.

Asma al-Assad, nacida y criada en Londres, se enfrenta también al rechazo político y social en su país de origen. El gobierno británico ha insistido en que ni ella ni su familia son bienvenidos en el Reino Unido debido a su papel de apoyo al régimen. David Lammy, ministro de Relaciones Exteriores en la sombra, declaró: “Quiero que se confirme que ella es una persona sancionada y que no es bienvenida aquí en el Reino Unido”.

Mientras tanto, la familia se mantiene unida en Moscú. Hafez, el hijo mayor de los Assad, ya residía allí cuando el régimen colapsó. El joven, de 22 años, defendió recientemente su tesis doctoral en matemáticas en la Universidad Estatal de Moscú, dedicando su logro a los “mártires de su patria”.

La situación de Asma al-Assad pone en evidencia las consecuencias humanas y políticas del conflicto sirio, mientras su esposo enfrenta un futuro incierto lejos del poder. Según fuentes diplomáticas, Moscú y la familia Assad permanecen en conversaciones constantes, aunque con tensiones latentes debido a la negativa de Bashar al-Assad de implementar reformas políticas en Siria.

El gobierno del Reino Unido y organizaciones internacionales reiteran que la familia Assad debe rendir cuentas por las acciones del régimen, mientras Asma lucha por su vida en medio de un aislamiento físico y político.

dmr